
El empresario Fernando Saludes dirige una empresa familiar centenaria que ha innovado para reinventarse varias veces, de los juguetes y las matrículas de coches a la tecnología digital para smartcities. Una trayectoria que también explica que presida la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunidad Valenciana (Redit), que aglutina a los 11 centros tecnológicos valencianos y elemento clave para que las empresas valencianas puedan ser más competitivas.
Redit acaba de celebrar su asamblea anual, ¿cuál es el balance que hacen los institutos tecnológicos de 2023?
Yo hablaría de un balance muy positivo. Hemos crecido en ingresos y casi superamos los 170 millones en el conjunto de la red. De esa cifra, el 57% es facturación realizada a empresas, es decir, trabajos que las empresas contratan a los institutos relacionados con innovación, tecnología y servicios. Y más del 70% de esos ingresos han tenido que ver con proyectos y toda la labor de soporte que se da desde los centros en ensayos de laboratorio a todos los sectores. Es un tema importantísimo porque los centros acompañan la innovación y la transferencia de tecnología a las empresas, pero también defienden a sectores enteros de la Comunidad Valenciana en el ámbito nacional e internacional para el cumplimiento normativo.
En el caso de los fondos públicos, ¿cuál ha sido la evolución?
Hemos vivido una etapa de estabilidad que ha permitido a la red ir creciendo paulatinamente en los fondos públicos basales en los últimos años. En 2023 alcanzamos los 63 millones de financiación por parte de la Generalitat Valenciana. Es lo que nosotros llamamos financiación basal, porque es la que permite a los centros dotarse de esa capacitación de conocimiento e infraestructuras críticas para su actividad y les permite también poder optar a programas nacionales y europeos como agentes excelentes y ganar posiciones. En 2023 casi hemos recuperado el nivel que teníamos antes de la crisis de la burbuja inmobiliaria en la que pasamos un valle de la muerte.
Los centros de Redit también son fundamentales para lograr fondos europeos
Los proyectos de los centros tecnológicos valencianos contribuyeron a captar 156,7 millones de euros. Es una financiación que si no la captarán los centros tecnológicos directamente o a través de las empresas que traccionan no recalaría en nuestra región. El 80% de ese dinero fue a parar a las empresas, estamos hablando de 128,6 millones de euros solo en un año
Con la pandemia se puso en valor la I+D y la innovación. ¿La crisis inflacionista ha supuesto un giro en ese foco por parte de administraciones y empresas?
Creo que no, los empresarios tenemos muy claro la importancia que tiene la innovación y la tecnología para la salud de nuestras empresas y para el bienestar futuro de la sociedad. Sí que es verdad que en un escenario de más incertidumbre tenemos que luchar más o tenemos más dificultades para hacer un hueco a la parte de innovación y tecnología frente a otras partidas presupuestarias. Como sociedad aún seguimos teniendo pendiente el poner a la industria, la tecnología y la innovación en el ranking de importancia que tiene para el futuro de nuestras sociedades y nuestra riqueza. Como región y como país todavía destinamos insuficientes recursos a estos ámbitos de la innovación, la tecnología y de la industria. Es un tema que tenemos que ayudar a cambiar entre todos los agentes yel Consell y la sociedad tiene también que solicitarlo.
¿Cuáles son esas asignaturas pendientes que se deben mejorar y qué se puede hacer desde los institutos?
En base a nuestra propia trayectoria y del análisis y prospección de las regiones de referencia para ver cómo hacen las cosas en materia de ciencia, innovación y tecnología, tenemos claro que la red tiene que considerarse una infraestructura esencial para la sociedad, para los ciudadanos y para las empresas, porque a través de la competitividad pueden aportar valor a todos. Es una infraestructura tan crítica como puede ser la red de Puertos del Estado o el Corredor Mediterráneo. Y eso requiere de una estabilidad y de una apuesta continuada para poder desplegar todo su valor. Cuando analizamos otras regiones de referencia europeas de España, Alemania, Holanda o Dinamarca y observamos la comparativa de la evolución de las redes de centros tecnológicos lo que vemos son regiones que durante décadas han apostado de forma ininterrumpida y sosegada pero continuada en su apoyo por una infraestructura como puede ser Redit.
Precisamente una de las reivindicaciones de Redit es garantizar la financiación plurianual de la Generalitat, ¿en qué estado se encuentra?
Tenemos una muy buena interlocución con la Conselleria de Innovación, Industria, Comercio y Turismo y con IVACE +I a todos los niveles. Hemos constituido una comisión de trabajo y en la mesa uno de los temas es como desarrollar esa fórmula plurianual. Es fundamental cuando se habla de una actividad como es la innovación, cuyo desarrollo es a medio y largo plazo. Se está trabajando también en propuestas para optimizar los trámites administrativos y los procedimientos para hacerla más ágil. También se mantiene por parte del Consell la dinámica de los calendarios de pago, y esto es algo a poner en valor, porque no solo es importante tener presupuesto, sino que ese presupuesto se vaya ejecutando y haya liquidez de una forma ordenada y planificada.
¿Esperan incrementar la aportación en los presupuestos para 2025?
Nuestra visión es muy clara. Consideramos que después de un año de transición y de unos ciertos ajustes en 2025 es el momento recuperar el nivel presupuestario de inversión que teníamos en 2023 y, como hacen otras regiones de referencia y con las que queremos converger como País Vasco, hacer una apuesta de crecimiento sostenido. No pedimos grandes incrementos de cantidades, lo que queremos sobre todo es que sean continuadas en el tiempo porque tenemos constatado que cuando esto ocurre tiene un efecto exponencial sobre la facturación y la transferencia de tecnología e innovación al tejido productivo y a las empresas. Tenemos una visión que va más allá de los ciclos políticos, estamos hablando de algo similar a un pacto de Estado.
Compara los institutos tecnológicos con los puertos o el Corredor Mediterráneo, ¿está calando esa reivindicación como la de esas grandes infraestructuras?
Cuando digo que la red de institutos tecnológicos valencianos es tan importante para la competitividad del territorio y de las empresas como infraestructuras como un puerto o como el Corredor Mediterráneo es que es así. Por cada euro que se invierte en la red, se generan 5,3 euros de aportación al PIB autonómico y 11,3 euros en ventas según el estudio de impacto de la red que ha elaborado el Ivie y que financió Ivace+I. La realidad es que tenemos una infraestructura espectacular desplegada con más de 50 años de trayectoria resiliente. Es una red que las empresas defendemos, consumimos, apoyamos y en la que participamos. Creo que es un activo que no valoramos suficientemente como sociedad y que, si no lo tuviéramos, tendríamos bastante desventaja.
Uno de los retos actuales es garantizar el talento y profesionales cualificados
Los institutos tecnológicos nos hemos estabilizado por encima de los dos mil profesionales. Hablamos de profesionales con un alto perfil científico-tecnológico y muy preparados. Un tecnólogo cuesta casi 5 años de gestar dentro de un centro tecnológico. Son fundamentales porque lo que hacen los institutos es trabajar la materia gris para ponerla a disposición de las empresas.
Redit ha puesto en marcha Redit Ventures para crear spin-off disruptivas de los propios centros. ¿Está dando los resultados esperados?
Es un proyecto que está evolucionando de forma muy positiva. Ya hay seis compañías formalizadas en apenas un año y medio. Dos de ellas son del ámbito médico, dos de nuevos materiales y dos de lo que llamaríamos tecnologías avanzadas de fabricación. Hay un conjunto importante de proyectos identificados que están tomando forma y creo que está cumpliendo perfectamente su cometido. Es un instrumento de largo recorrido, ahora hay que ir generando estas spin-offs, dotándolas de equipos de gestión profesionalizados, con esa estrategia de salida de mercado y paulatinamente, en un proceso que suele ser de dos a cuatro años, ver cómo evolucionan. Lo más bonito es que permite aterrizar tecnología y conocimiento disruptivo que se ha generado en los centros pero que, a día de hoy, no cuentan con un sector industrial o empresas que los puedan asimilar en la Comunidad Valenciana. Por un lado, estamos creando tejido productivo industrial en torno a esas tecnologías disruptivas pero también estamos ayudando a que los centros destinen una parte de su atención estratégica y lleguen a niveles de excelencia en tecnologías completamente novedosas.