
La idea es sencilla: una plataforma en internet en la que poder disfrutar de conciertos en realidad virtual con el mejor sonido y como si estuviéramos en la primera fila. Podríamos considerarlo algo así como el Spotify de la música en directo, que disfrutaremos bien provistos de unas gafas VR. El objetivo es ver y escuchar 'en vivo' a nuestro grupo o artista favorito desde el sillón de casa, pero como si estuviéramos situados en la primera fila de uno de sus conciertos. Y con el mejor sonido, también envolvente. A cambio, sí nos perderíamos, claro, la magia de estar allí in situ, compartiendo el momento con otros miles de fans, así como las colas, la espera, los apretujones…
Es la propuesta en la que está trabajando Singulive, un proyecto comandado por Bruno Muñoz de Escalona, buen conocedor del negocio musical por haber pasado antes por compañías como Columbia Records, Sony, PRISA y MuXXic Latina. "Pensamos que la industria de la música en directo necesita desarrollar un formato de concierto inmersivo que sea asequible y permita a mucha más gente disfrutar de música en vivo", nos explica a eleconomista.es. "Queremos dar respuesta a un debate que está en la calle: el alto precio de los conciertos", añade. Y nos reconoce que esta fórmula también serviría para "construir un Plan B para próximas crisis como la vivida con la COVID-19" que todos esperamos no vuelva a producirse.
Singulive es una de las 58 empresas que actualmente están acelerándose en el 'Start IN Up Program', el programa de emprendimiento e incubación de startups del sector del gaming y la gamificación de 'Madrid in Game', impulsado por el Ayuntamiento de Madrid. Aunque Singulive ya dispone de una veintena de conciertos grabados accesibles desde su plataforma, confían en que el acuerdo al que han llegado con Mad Cool les permita ganar en notoriedad. "Nuestra apuesta es para el fan tradicional de conciertos y festivales. Nuestro objetivo a corto es ser la solución digital para los festivales de música. No solo para llevar sus conciertos presenciales a Realidad Mixta en directo, sino para tener también la posibilidad de ofrecer los contenidos más allá de las fechas del festival y mantener el contacto con los fans durante todo el año", añade.
Efecto Mad Cool
Gracias al Mad Cool, que se celebra en Madrid del 10 al 13 de julio, los actuales 600 suscriptores de Singulive podrían multiplicarse gracias al tirón de 'The Killers', 'Pearl Jam', 'Dua Lipa' o 'The Smashing Pumpkins'… Hasta el momento, la plataforma ofrece conciertos de Rosario La Tremendita, Izaro, Diego Basallo, Alejandro Pelayo, Belako… Por cada uno de ellos basta pagar 4,95 euros y disponer de unas gafas de realidad virtual. "Actualmente, la modalidad es pago por concierto, pero el modelo a futuro es un SaaS 'freemium' por suscripción como Spotify, por ejemplo. También queremos tener una oferta atractiva 100% gratuita que permita disfrutar de algunos conciertos y sesiones de Djs donde poder pasar un buen rato con amigos y conocer más gente", explica Muñoz de Escalona.
Reconoce que en estos momentos están buscando cuál es la mejor fórmula o el formato más atractivo y el modelo de negocio más sostenible. Así, hasta ahora, estos conciertos se están grabando en exclusiva para la plataforma, a la espera de esos conciertos híbridos. "Pensamos que es lo que más nos va a funcionar en el corto plazo. El concierto grabado y su difusión en Video On Demand (VOD) pensamos que vendrá después, cuando haya una masa crítica de usuarios que dispongan de gafas de VR y que justifique tener un gran catálogo de conciertos para su difusión bajo demanda", nos explica.
Como en todo, hay pros y contras: entre las ventajas que ofrece la tecnología con ese audio y vídeo inmersivos, podemos incluir también el acceso a las letras de las canciones por un sistema de traducción simultánea gracias a los asistentes de Inteligencia Artificial.
Cierre de salas
Desde Singulive, consideran que este modelo también puede ser una buena alternativa o balón de oxígeno al panorama de la música en vivo. "Pensamos que la industria del directo cada vez está más concentrada en grandes recintos donde solo pueden tocar los artistas más grandes. Al mismo tiempo, las salas de conciertos medianas y pequeñas están desapareciendo de las grandes ciudades europeas por el alto coste de los alquileres y la inflación", afirma el CEO de Singulive. Y nos recuerda cómo sólo en Reino Unido han cerrado 125 salas de conciertos urbanas durante el año pasado. "Esto es terrible para los artistas emergentes y para bandas de nicho que nunca van a acceder al mainstream. Me refiero por ejemplo al jazz, pero también puede ser un vehículo de difusión magnífico para acercar la música clásica y la ópera a los hogares", añade.
Entre los retos, le preguntamos por la aún escasa popularización de una herramienta básica para que triunfe la plataforma, como son las gafas de realidad virtual. "Actualmente, el público que dispone de dispositivos de VR son básicamente 'gamers' y bastante joven. A medida que el formato vaya calando en la sociedad, pensamos que hay un hueco tremendo para opciones de ocio más adultas. También pensamos en personas con discapacidad para acceder a las salas, o en ocio para personas mayores que pueden volver a recuperar experiencias perdidas", explica Muñoz de Escalona.
Le preguntamos qué se puede hacer para que despegue la realidad virtual y nos responde que lo esencial es que los usuarios sepan que hay contenido de calidad disponible. "Falta mucho desarrollo aún de experiencias y propuestas. La VR necesita su 'Killer App' como lo fue por ejemplo 'Fornite' para la Nintendo Switch. Pensamos que se va a construir toda una oferta de ocio inmersivo transversal y para todas las edades", nos explica.
Por otro lado, admite que los dispositivos actuales son "caros y pesados". "Es difícil aguantar cómodo más de una hora con unas gafas", reconoce. "Aunque esto es muy relativo, pero lo cierto es que son caras. Las Quest 3, que son la mejor opción, actualmente cuestan 570 euros. También es cierto que las Quest 2, que son unas gafas de entrada bastante razonables, ya están en menos de 300 euros. Cuando lleguen las Vision Pro a España costarán cerca de 4.000 euros. El precio es importante, pero es aún más importante la ergonomía. En cualquier caso, estoy seguro de que en tres años vamos a tener ya unas gafas muy atractivas y cómodas". Y recuerda que "la gente paga alegremente 1.000 euros por un smartphone. ¿Por qué? Porque le resuelve muchísimas necesidades prácticas. El día que las gafas de VR resuelvan problemas reales del día a día despegarán. Aunque cuesten también 1.000 euros".
En el aspecto más técnico, también hemos querido conocer cómo es el proceso de grabación de un concierto en este nuevo formato. Nos explica el CEO de Singulive que no utilizan cámaras de 360º porque les parece que distorsionan mucho la imagen y "tienden a marear un poco". "Es aún más fácil. Usamos cámaras convencionales con resolución 4K, superior a la que ofrecen la mayoría de las gafas. Lo que viene después es la magia que solo sabe realizar nuestro equipo técnico y que convierte una grabación convencional en una atmósfera 3D realmente inmersiva. Esto hace que la producción de nuestros vídeos tenga un coste muy bajo (unos 2.000 euros de media)", que consideran al alcance de cualquier grupo pequeño o mediano.
Tampoco olvida un guiño a la sostenibilidad como último factor a favor de la propuesta de conciertos en realidad virtual: "Los conciertos inmersivos eliminan al 100% la necesidad de desplazamiento del público que representa el mayor factor de contaminación por ejemplo en los grandes festivales al aire libre".