
Para algunos es arte callejero mientras que para otros es delincuencia, el graffiti es una modalidad independiente del arte que surgió en las calles como forma de expresión para personas que no tenían otra forma de decir lo que sentían.
Eso no quita que sea ilegal, y sea considerado un acto de vandalismo sancionable, que en muchos casos más que generar sentimientos como un cuadro colgado en un museo, ensucia la ciudad. Por esa razón, los ayuntamientos y gobiernos llevan años combatiendo está modalidad de arte más salvaje, siendo la principal medida la de borrado.
Para quitar la pintura, los equipos de limpieza utilizan mangueras con agua a presión, pero hay un problema, y es que una de las características del graffiti es que se busca el riesgo además de que es una especie de competición entre artistas por ver quién pinta en el sitio más vistoso y/o peligroso.
Y claro, hay ocasiones en las que los servicios de limpieza tienen que tratar de borrar pintadas en lugares de acceso complicado y en ocasiones peligroso, por ello el estado de Washington (EEUU) ha comenzado con una nueva iniciativa que tiene a los drones como los grandes protagonistas.
Fue el mes pasado cuando el estado de Washington aprobó un proyecto de ley con un presupuesto de un millón de dólares para combatir el graffiti. Esta iniciativa tenía dos vertientes, por un lado, equipar y mejorar las cámaras de tráfico para identificar a los grafiteros, pero por el otro lado, parte de este presupuesto está destinado para probar nuevas formas de eliminar graffiti en lugares altos y de difícil acceso que tienen un alto coste para las autoridades.
"Se necesitan camiones especializados, llamados UBIT, para los graffitis de difícil acceso. Estos camiones tienen una gran demanda y tenemos seis. Por lo general, se reservan para trabajos de inspección y mantenimiento de puentes de mayor prioridad" se puede leer en un comunicado.
Por ello, ahora están probando con drones controlados para limpiar las calles de grafittis, aunque lo cierto es que hasta ahora no existían dispositivos de este tipo. La idea surgió gracias a una compañía de limpieza que diseño unos drones para que estos pudieran limpiar cristales y techos, y estos los han adaptado para que puedan borrar pintadas también.
Aunque lo que es el diseño y la parte técnica de estos no es el único problema al que se enfrenta esta iniciativa, ya que como explican "Legalmente, los drones no pueden volar sobre carriles activos de tráfico, por lo que las áreas que estamos tratando estarán en zonas de trabajo cerradas o gestionado con cierres de desaceleración mientras los drones están en uso".