
Entre los rascacielos del centro de Seattle, cuna de las tecnológicas Microsoft y Amazon, encontramos un espacio singular para la relajación. Se trata de tres esferas de cristal unidas entre sí que albergan rincones únicos, entre cascadas, jardines verticales y espacios en los que descansar... y seguir trabajando. Se encuentra a los pies del principal edificio de Amazon y ha sido concebido como una suerte de jardín botánico para que los trabajadores del gigante electrónico también pueden desempeñar sus funciones. Así que hay más edificios esféricos más allá de Las Vegas...
La sede central de Amazon -el rascacielos de 30 plantas justo al lado de Spheres- combina los elementos de las oficinas del futuro;_se reservan los puestos y salas, hay diferentes tipos de mobiliarios y salas para fomentar la colaboración, escaleras centrales que comunican algunas de las plantas del edificio… Los trabajadores que quieren llevarse a su perro a la oficina también pueden hacerlo, previo control sanitario y contrastado adiestramiento de los canes. Como no podía ser de otra manera, también aquí vemos la ya habitual sala con el clásico futbolín para desestresar un poco. Sin embargo, si volvemos a las Spheres, allí el ambiente es distinto, mucho más natural y relajante.
El espacio, diseñado por el estudio de arquitectura NBBJ y el estudio de paisajismo Site, alcanza los 29 metros en su punto álgido. Su enorme estructura está compuesta por 560 toneladas de acero y 2643 paneles de vidrio. Estos dejan pasar la luz del sol o ver cómo desliza por ellos el agua cuando llueve, algo que suele ser bastante habitual en Seattle. Solo su jardín vertical principal incluye 25.000 plantas de 200 especies diferentes. En total, en las Spheres encontramos más de 40.000 plantas de más de 1.000 especies procedentes de más de 30 países. Explica, una de las guías con polo turquesa que ayuda a los visitantes, que todas estas plantas se crían primero en un vivero situado a unos 30 kilómetros de Seattle.
Aunque se ha convertido desde su construcción en 2018 en uno de los lugares de interés que visitar en Seattle, hay que tener en cuenta que solo está disponible para el público general los primeros y terceros sábados de cada mes. El resto del tiempo es un espacio reservado para los trabajadores de Amazon, que pueden elegir abrir su portátil entre un nido de pájaro, una sala con tumbonas justo bajo el cielo acristalado de la esfera principal, una cafetería o muy cerca de alguna de las cascadas o acuarios.
Quien visita el espacio como turista se fija sobre todo en la frondosidad de esos espacios verdes, en la combinación de distintas especies de cactus y flores, en las vistas al exterior desde estas burbujas, etc. Pero, cuando discurre por esas instalaciones con algo más de detenimiento, observa que entre estas tres y cuatro plantas de diferentes ambientes hay estratégicamente situados muchos puestos para trabajar, cada cual con sus peculiaridades. Y también que en ellos hay profesionales de Amazon aplicando el ideario de Jeff Bezos del Día 1, por aquello de estar siempre alertas a cualquier idea, de empezar todos los días como si fuera el primero.