
Sam Altman, a sus 38 años, se ha convertido en el nuevo magnate tecnológico al que mira todo el mundo. A la vez que dirige y hace crecer cada vez más OpenAI, la organización tras ChatGPT, está poniendo en marcha WordCoin, una nueva iniciativa que ya ha empezado a levantar algunas dudas sobre privacidad.
¿Su objetivo? Escanear el iris de la mayor parte de la población posible —a cambio de dinero— para crear una base de datos que sirva como identidad digital y como fórmula de pagos seguros.
Sin embargo, antes de promover estas iniciativas, Altman tuvo una primera empresa que le procuró parte de su fortuna inicial. Se llamaba Loopt y su objetivo era conocer la ubicación de la forma más exacta posible en una época en la que no era tan sencillo hacerlo como ahora.
Altman la puso en marcha tras abandonar la carrera de computación en Stanford en 2005.
La tecnología tras Uber y otras empresas
El modelo de geolocalización de Loopt funcionaba ofreciendo descuentos basados en la cercanía a distintas tiendas. Loopt consiguió recaudar más de 30 millones de dólares (28 millones de euros) en capital riesgo antes de ser ampliamente adoptada por empresas de la talla de Apple y Blackberry.
Al cabo de siete años, Loopt no prosperó y Green Dot Corporation, un holding bancario y de tecnología financiera estadounidense, compró la empresa por más de 40 millones de euros y después utilizó su tecnología para asegurar pagos con tarjeta y también lo revendió a empresas como Uber, que lo utiliza para saber dónde están los clientes y sus coches.
A pesar de su fracaso, Loopt permitió a Altman hacerse un nombre en Silicon Valley. Dos años después, fue elegido sucesor del presidente de Y Combinator, la mayor acelera de empresas de Silicon Valley, el informático estadounidense Paul Graham.
Tres años después, Altman se unió al jefe de Tesla, Elon Musk, al cofundador de LinkedIn, Reid Hoffman, y a otros patrocinadores en 2015 para cofundar OpenAI, una empresa de investigación y despliegue de inteligencia artificial (IA) cuyo objetivo era promover y desarrollar "IA amigable de forma que beneficie a toda la humanidad".
De la fundación de OpenAI a hacerla crecer
La organización fue creada con el objetivo de desarrollar y promover tecnologías de inteligencia artificial de manera responsable y segura. OpenAI se ha centrado en investigar y desarrollar tecnologías de IA avanzadas, como aprendizaje profundo y procesamiento del lenguaje natural, y ha publicado varios trabajos importantes en estas áreas.
Sin embargo, las críticas han llegado debido a que lo que en origen iba a ser una organización sin ánimo de lucro ha firmado importantes acuerdo con Microsoft. El resto de la historia de Altman nos lleva hasta hoy, donde está intento extender sus influencia ahora con WordCoin.