
El acceso a internet y a todas las herramientas que ofrece se hace cada vez a una edad más temprana, y mientras esto da a los niños capacidades para manejarse en el mundo virtual, todavía son muy pequeños para enfrentarse a los peligros de la red. El ciberacoso es una las principales amenazas a las que se exponen, y es que el 59% de los niños reconoce que es lo que más miedo les da.
Las redes sociales o los juegos online son algo divertido y entretenido, pero hay que tener en cuenta que no todo es un camino de rosas. Según los datos de Save The Children, en España un 7% de los menores de edad sufre ciberacoso lo que puede afectar al niño a nivel físico, mental e incluso social.
Los padres tienen la obligación de protegerles frente a estos daños, y para ello es necesario que sepan a qué se están enfrentando, por ello Kaspersky ha recopilado las principales formas de ciberacoso que existen para poder detectar que está ocurriendo y evitar que continúe.
Formas de ciberacoso
Una de las principales formas de ciberacoso y de las más comunes es la de la exclusión, de esta simple manera comienza esta pesadilla para los más pequeños, que poco a poco ven como les dejan fuera de conversaciones, grupos o de los mensajes en redes sociales.
A su vez, podemos encontrar el outing, que consiste en el acto deliberado de avergonzar o humillar a alguien publicando fotos, mensajes o información que la víctima no quiere que salgan a la luz. También existe el fraping, que supone el robo de la identidad online de la víctima, esto ocurre cuando consiguen hacerse con las claves de acceso del menor.
Uno de los términos más extendidos es el del trolling que consiste en buscar una respuesta a partir de insultos, humillaciones o malas palabras hacia el acosado. Otra forma muy común es la del catfishing, que básicamente es una forma de engañar a la víctima haciéndose pasar por alguien quien no es, también puede ocurrir que roben la identidad y creen perfiles falsos para otras acciones maliciosas.
Por último, nos encontramos con el grooming que es la acción que llevan a cabo pederastas y pedófilos de engatusar al menor y lo hacen simulando empatía y cariño, el ciberengaño es casi lo mismo, pero en vez de fines sexuales el objetivo es conseguir información secreta.