En la última década, Arabia Saudí se ha convertido en el protagonista de las inversiones de los países occidentales. De hecho, el pasado mes de marzo celebró la séptima edición de sus conferencias Priority en Miami. Pese a que hubo una temporada en el que se dudó sobre las actividades de este país, se ha convertido en un activo fundamental a la hora de obtener financiación para las empresas.
Antes del asesinato del periodista de The Washington Post, Jamal Karashoggi, el país del Medio Este ya había invertido en las bigtech. Así, destinaron 11.000 millones de dólares durante 2016 a compañías de Silicon Valley como Uber, que recibió 3.500 millones de dólares; la marca de coches eléctricos Lucid, 1.000 millones de dólares; o la empresa de gafas de realidad virtual Magic Leap, 461 millones de dólares.
Tras la acusación de la CIA en 2018 al Príncipe Mohammed bin Salman bin Abdulaziz al-Saud o MBS de la autoría del asesinato. Tanto EEUU como otros países de Occidente decidieron alejarse del dinero procedente de los saudíes.
Sin embargo, el avance tecnológico de China en los últimos años ha provocado una sensación de urgencia en EEUU. Y Arabia Saudí se ha convertido en la mejor opción ante el desarrollo de su principal competencia. Esto, sumado a la limitación de los mercados en Europa y Estados Unidos ha provocado que veamos imágenes del presidente, Joe Biden, con MBS. Según Vox, la actual Administración continúa vendiendo tecnologías militares y armas a Arabia Saudí, pese a que ha criticado en numerosas ocasiones la vulneración de los Derechos Humanos en este país.

"Hay momentos en la historia en los que nos podemos permitir el lujo de moralizar y defender ciertos valores, y hay momentos en los que no puedes y tienes que hacer concesiones", afirma Jake Chapman, director gerente de la Army Venture Capital Corporation. De hecho, en Miami el instituto anunció que la inversión crecerá de los 650.000 millones de dólares actuales a 1 billón en 2025 y hasta 3 billones en 2030.
Además, compañías como Bird, Vectra o Atomwise recibirán 2.000 millones de dólares al año, procedentes de las arcas del país oriental. Indirectamente, se beneficiarán otras empresas como Credit Karma, GitLab, Reddit, y Postmates, así como Anduril, la empresa de tecnología militar y contratista del Pentágono.
Mientras, el número de asesinatos ordenados por MBS se ha doblado en Arabia Saudí y los prisioneros políticos permanecen encarcelados sin haber tenido, siquiera, un procedimiento judicial. Por ello, MBS se mantiene al margen y figuras como Adam Neumann o Ben Horowitz hacen su trabajo. "Son los líderes como Su Alteza Real los que realmente nos van a llevar adonde queremos ir", señaló Neumann.
De hecho, desde 2019, los inversiones de Estados Unidos en las que han participado los saudíes han supuesto 7.400 millones de dólares, según datos de PitchBook. El evento celebrado a finales de marzo fue una demostración de fuerza, en el que participaron algunos de los rostros más conocidos de la inversión de capital riesgo.
El evento en Miami
"Arabia Saudí tiene un fundador, al que hay que referirse como 'Su Alteza Real', pero está creando una nueva cultura", afirmó Ben Horowitz, cofundador y ex director ejecutivo de la compañía de software Opsware.
Esta jornada hubiera sido inimaginable hace cuatro años, cuando, el Instituto de la Iniciativa de Inversión Futura, una organización sin ánimo de lucro vinculada al fondo soberano de Arabia Saudí, se quedó sin apoyos externos.
Actualmente, esta asociación, que es prácticamente el laboratorio de ideas de MBS, ha colaborado con inversores, CEO y ex funcionarios gubernamentales, informa Vox. De hecho, después del evento celebrado a finales de marzo Arabia Saudí publicó una lista de docenas de empresas de capital riesgo, fondos de adquisición, inversores inmobiliarios y nuevas empresas que financia en EEUU y el resto del mundo.