A pesar de los intentos del gobierno chino de acabar con las manifestaciones en contra de la política Cero Covid, los ciudadanos siguen saliendo a la calle para denunciar la situación y censura que viven. Para frenar estas protestas, la policía está revisando los smartphones de los manifestantes para ver si tienen apps extranjeras como Instagram, Twitter o Telegram, desde las cuales se está movilizando la sociedad.
China fue uno de los países más afectados por la pandemia, y por ello, las autoridades han aplicado desde el primer día la política de Covid Cero basadas en muchas restricciones y confinamientos muy duros. Esta situación ha llevado a un descontrol en el país, donde los ciudadanos piden más libertad de movimiento y menos contratiempos para hacer una vida normal.
A su vez, este país es conocido por su censura en Internet, y sobre todo por el control gubernamental de las redes sociales haciendo que la gran mayoría de apps extranjeras están bloqueadas y los usuarios solo pueden conectarse usando una VPN.
De esta manera, pueden usar las redes de forma libre, y en las últimas semanas el uso de apps como Twitter, Instagram o la app de mensajería encriptada Telegram se ha potenciado para coordinar las protestas. Como consecuencia, y como señalan varios medios internacionales como The Wall Street Journal, la policía china ha comenzado a revisar los teléfonos de los protestantes en busca de estas apps.
Como señala el periodista William Yang, estos controles de la policía son totalmente aleatorios y no tienen que darse específicamente en lugares donde hay protestas, sino que en cualquier lugar de la vía pública y a cualquier transeúnte.
The move to forcefully check people's phones is determined randomly. Anyone can be stopped and have their phones checked by police, and it can happen anywhere from on the street or at entrances to shopping malls.
Al parecer, estos controles están ocurriendo en varias ciudades de China, donde la policía está tomando los datos de aquellos manifestantes que en efecto tengan estas apps descargadas, esto cuenta como un aviso. Si alguien se atreve a resistirse al registro, la policía les podrá incluso denunciar, y obviamente tendrá peores consecuencias.
El control y la censura han llegado a un punto en el que las autoridades incluso abren la galería de fotos y obligan a borrar cualquier foto que tenga que ver con las protestas, de no hacerlo podrían hasta ser encarcelados según señala la BBC.
Todo esto tiene la intención de evitar que los manifestantes se organicen y se coordinen por todo el territorio, a la vez que es un esfuerzo para evitar que las imágenes de la represión policial salgan al extranjero.