
El Ministerio de Educación francés ha prohibido a las escuelas e institutos el uso de las versiones gratuitas del Microsoft Office 365 y del Google Workspace for Education debido a su preocupación por el supuesto incumplimiento de estos sistemas de la normativa de datos europea.
Microsoft y Google son dos de las compañías tecnológicas más influyentes del mundo, sus productos y servicios tocan todos los sectores, incluido el de la educación. Ambas compañías disponen de ecosistemas para la enseñanza, Microsoft Office 365 y Google Workspace for Education, que a su vez ofrecen versiones gratuitas y de pago.
Estos paquetes ofrecen apps y otros servicios que ayudan a la planificación y aplicación de la enseñanza de manera digital, y son muy útiles para tanto profesores como alumnos. El problema que ha detectado el Ministerio de Educación francés está en las versiones gratuitas de estas plataformas, y por ello han prohibido su uso en las escuelas, pero no el de las versiones de pago.
Según se ha podido saber, estas versiones gratuitas no disponían de la calificación SecNumCloud, una verificación de la Agencia Nacional Francesa de Ciberseguridad (ANSSI) para los productos comerciales en la nube.
Aunque la postura contraria al uso de estas plataformas en su versión gratuita ya viene desde antes, cuando el miembro de la Asamblea Nacional francesa, Philippe Latombe, advirtió que al ser gratis estaban haciendo competencia desleal y que el uso de los datos no cumplía con lo establecido por la Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Según señala Siecle Digital, el uso de Office 365 está prohibido en las administraciones francesas, y en su lugar las instituciones educativas deberán utilizar suites colaborativas de Europa que no envíen sus datos a Estados Unidos, sino que tengan aquí sus propias bases de datos en el territorio europeo.
Aunque esta no es la primera vez que algo así ocurre, ya que en 2019 Alemania también prohibió el uso de estas apps en sus escuelas por el mismo motivo. Los países miembro se muestran todavía reticentes con la forma en la que almacenan los datos ambas empresas, a pesar de contar con el visto bueno del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Por su parte tanto Microsoft como Google están trabajando para conseguir contratos gubernamentales en Europa para el tratamiento de datos en la nube acorde con todos los aspectos de la normativa del territorio.