Las "fake news" o noticias falsas se han convertido en un problema muy serio en la actualidad. Impulsadas por el auge de las redes sociales como nuevo método que tiene para informarse la gente, ya se ha convertido en normal que informaciones falsas se cuelen como ciertas, causando muchos daños y prejuicios.
Ha sido esta mañana cuando se ha conocido la sentencia impuesta por la Audiencia de Barcelona a un tuitero por difundir un vídeo que había sido grabado en China, pero que el usuario aseguraba de que se trataba de imágenes de la localidad catalana Canet del Mar.
En el vídeo publicado se veía como un hombre pegaba en múltiples ocasiones a una mujer e incluso intenta bajarle los pantalones. Acompañando a esta publicación el hombre escribió "Aquí tenéis el video del mena marroquí de Canet de Mar, a esos que le vamos a dar la paguita hasta los 23 años, los niños de Pedrito Piscinas. Por cierto, luego para más inri viola, estos energúmenos y estas manadas de marroquís no saldrán en los medios"
Sin embargo, como ya hemos dicho antes, estas brutales imágenes fueron grabadas en China, y no tienen nada que ver con lo que el tuitero decía. Es por ello, por lo que el letrado ha considerado este acto como un intento de incitación a la "animadversión y rechazo a los inmigrantes extranjeros de origen marroquí".
El tuit (que se publicó en 2019) obtuvo más de 21.000 visitas, y tal y como dicta la sentencia, es considerado como un delito de odio con agravante de difusión en Internet. El procesado, un Guardia Civil, ha admitido su culpa y ha sido condenado a 15 meses de prisión, una multa de 1.620 euros además de no poder ejercer como docente hasta dentro de cinco años.
Este ha sido el primer caso en España en el que se condena a alguien por difundir noticias e información falsa en internet. Todavía tenemos que estar a la espera de si la Audiencia suspende la pena de prisión a condición de que el juzgado no vuelva a delinquir en dos meses, no se cree perfiles falsos en redes para difamar y siga un curso sobre igualdad y derechos humanos.