Internet nos ofrece muchas ventajas, sobre todo aquellas enfocadas a comunicarnos con cualquier persona sin importar dónde esté, pero a la vez estas posibilidades hacen que hasta las estafas más irreales puedan salir bien, como esta mujer japonesa que le ingresó a un hombre hasta 30.000 euros para que aterrizase su cohete del espacio y se quedara a vivir con ella.
El hecho de que Internet y las redes sociales son un lugar peligroso en lo que se refiere a las estafas y los engaños es algo de lo que los usuarios son cada vez más conscientes, aun así, los casos de este tipo de ciberataques son el pan de cada día para las autoridades de cualquier país.
Y es que por mucho que nos avisen y expliquen cómo funcionan estas estafas, nunca pensamos que algún día vamos a ser víctimas, y es en estos momentos cuando bajamos las defensas cuando los hackers aprovechan y llevan a cabo su timo. Uno de las últimas estafas más notables y sonadas es la de una mujer japonesa de 65 años.
Como recoge el diario japonés Yomiuri Shimbun, la mujer conoció y comenzó en junio de este año a chatear con un hombre a través de la app de mensajería LINE. Poco a poco, la relación se fue haciendo más fuerte, hasta el punto que sin conocerse en persona, comenzaron una relación romántica.
Pero esta relación era muy complicada, la mujer vivía en una ciudad de Japón, mientras que el hombre le dijo que era un astronauta ruso y que vivía en la Estación Espacial Internacional. Al ir "consolidando" esta relación a través de mensajes, llegó un día en el que el supuesto astronauta le comenzó a pedir dinero con el fin de poder pagar los costes para verse.
Le decía cosas como "Quiero empezar mi vida en Japón" o "Aunque lo diga mil veces no es suficiente, lo seguiré diciendo: te quiero." De esta manera, se fue ganando a la pobre mujer, y le pedía dinero para supuestamente poder costearse el aterrizaje de su cohete y poder quedarse a vivir con ella.
La mujer dijo que creyó al hombre debido a que él la mencionaba nombres reales como el de la NASA o JAXA (la agencia espacial japonesa) y por eso no fue hasta varias semanas después, y unas cuantas transferencias de por medio, que no se dio cuenta de que se trataba de un engaño.
En total, la mujer le envió alrededor de 4,4 millones de yenes, lo que equivale a unos 30.000 euros. Pero es que el "astronauta" no se conformó con ello y le seguía pidiendo más dinero, fue este comportamiento lo que le hizo a la mujer sospechar y finalmente denunciar sus caso a las autoridades.
