
El mundo de la economía cripto lleva más de una década expandiéndose. La defensa del anonimato y de una economía alejada de los estados y los bancos centrales ha calado en una parte de la sociedad que se siente subyugada por estas instituciones y se ampara en el blockchain como alternativa. Pero, como en cualquier otra faceta, algunos aprovechan la falta de regulación del 'criptoverso' para enriquecerse ilícitamente.
Así ocurre en el caso de los NFT (tokens no fungibles, por sus siglas en inglés), bienes digitales únicos que pueden funcionar como piezas de coleccionismo, como entradas a un evento o como utensilios para un personaje de videojuego, entre otras cuestiones. Esta rama de la economía cripto está ahora en el punto de mira después de que una firma de análisis, Elliptic, señalase que entre julio de 2021 y de 2022 se robaron más de 100 millones de dólares a través de estafas relacionadas con los NFT.
En un reciente informe, desde Elliptic apuntan a que el robo o estafas vinculadas a estos criptoactivos se están disparando en los últimos meses. En el mes de julio de este año, los ladrones y estafadores se apropiaron ilícitamente de más de 4.600 NFT, la mayor cantidad desde que la casa de análisis elabora este estudio hace un lustro.
El caso más rentable para los delincuentes fue el robo del CryptoPunk #4324, que los ladrones vendieron por 490.000 dólares en noviembre de 2021. Aunque el usuario más perjudicado por robos de NFT fue un propietario al que le sustrajeron 16 de estos activos, valorados en 2,1 millones de dólares en diciembre del pasado año.
Entre las formas de hacerse con los NFT ajenos, los estafadores usan vías como el phishing (suplantación de identidad), de forma que acceden a las carteras donde los propietarios guardan sus criptoactivos (ya sean monedas digitales o NFT) y se los transfieren a sus propios monederos. En otras ocasiones crean imitaciones de NFT de colecciones reputadas para venderlas como si fueran originales, o se hacen pasar por personal de casas de intercambios de activos.
Al tratarse de transacciones en el blockchain, cuya seña de identidad es la transparencia (todas las transacciones de cada cartera están a la vista de cualquiera), los delincuentes usan servicios de ofuscación para dificultar el seguimiento de los bienes robados. Uno de ellos es Tornado Cash, que sirvió para lavar el dinero del 52% de las estafas de NFT, según datos de Elliptic, y que ya ha sido sancionado por Estados Unidos.
También se producen robos en plataformas que usan NFT, como ocurrió el pasado mes de marzo en el juego online Axie Infinity. Entonces, un hackeo hizo vulnerable la red blockchain basada en ethereum en la que se desarrolla el juego, extrayendo unos 540 millones de dólares. La vía para hacerlo fue a través de un programa malicioso oculto en un PDF que descargó un empleado de la compañía del videojuego, Sky Mavis.
Lavado de dinero y manipulación del mercado
Además del robo y la estafa, los delincuentes se valen del mundo de los NFT para 'lavar el dinero' de una forma similar a la que se ha hecho tradicionalmente en el mundo físico. Cuando poseen una cantidad de dinero obtenido de forma ilícita, lo emplean para comprar NFT que posteriormente venden, de forma que esa venta pasa a 'limpiar' el dinero inicial. Sin embargo, según un estudio de Chainalysis, aunque la cifra va en aumento, menos de 1,5 millones de dólares fueron sospechosos de formar parte de este sistema durante el último trimestre de 2021.
Por otra parte está la manipulación del mercado. Un ejemplo de ello es un NFT del proyecto Loot que lleva por nombre 'Bag #666688'. Este NFT consiste en una lista de objetos que supone el equipamiento de un personaje para un videojuego. Según datos de la web especializada NonFungible, esta lista sobre fondo negro ha llegado a venderse por casi 2,5 millones de dólares, cuando su primer precio de venta fue de 6 dólares. Desde entonces se ha vendido más de 500 veces... y sin embargo solo ha tenido cuatro propietarios.
Desde hace meses, el NFT cambia varias veces al día entre las mismas dos carteras (en la imagen representada por un icono de tonos verdes y otro de tonos rosas). Una cartera cuyo número de identificación termina en a0d6 se la vende a una que termina en 16c2 quien, tres minutos después, se lo revende a la a0d6. Así cuatro veces al día. Es el denominado 'wash trading'.
El 'wash trading' es una manipulación del mercado en la que la misma persona es el comprador y el vendedor. Este se traspasa los fondos de una cartera a la otra para recomprar el activo por un precio similar. Al negociar con precios descaradamente inflados, se da una idea falsa del valor del activo y de su liquidez. En estos casos, la persona que hace 'wash trading' (o que programa a un bot para hacerlo) busca inflar los precios medios de venta de un proyecto. Un estudio de Chainalysis del mes de febrero identificó al menos 262 usuarios que se habían vendido 'a sí mismos' un NFT más de 25 veces.
Cada compraventa interna implica una comisión de transacción (gas fee) a la casa de intercambio (marketplace). ¿Qué ganan entonces los 'wash traders'? Al inflar los precios, no solo aumentan el valor medio del conjunto del proyecto sino también pueden engañar a compradores incautos que crean que es un valor real. En nuestro ejemplo, aunque el 'wash trader' lleve meses pagando comisiones de transacción cuatro veces al día, si algún día logra vender el NFT por 2 millones de dólares (el precio aproximado al que se lo suele autocomprar) la operación le habrá salido más que rentable, tras haberlo adquirido originalmente por solo 6 dólares.
Por ello, el 'wash trading' es una práctica prohibida en el mercado bursátil desde hace décadas, pero la falta de regulación en el mundo del NFT alimenta este tipo de jugadas ilícitas. Para evitarlo, las principales casas de intercambio suelen poner una advertencia de actividad sospechosa en los activos que se mueven entre las mismas carteras con asiduidad.
Criptoinvierno y especulación en los NFT
Según datos de la web especializada NonFungible (que solo computa aquellas transacciones que no parecen sospechosas de ser actividades ilícitas como las mencionadas más arriba), el volumen de comercio de NFT en el segundo trimestre del año ascendió a 8.000 millones de dólares, un 25% menos que en el trimestre anterior. El volumen de ventas se redujo un 20% y el precio medio menguó un 6%.
La caída se hace notar incluso más si se compara con los niveles más altos del mercado, durante los últimos meses de 2021. Hace ahora un año, el número de ventas diarias oscilaba entre los 120.000 y 170.000 activos, pero desde mayo apenas ha logrado pasar de 50.000 en alguna jornada puntual. El acumulado de ventas que se movía entre los 75 y los 100 millones de dólares al día, según las cifras de NonFungible, están en la actualidad más cercanos a los 30 millones.
Un último dato nos habla de que, a pesar de lo defendido por los más 'creyentes' del criptoverso, los NFT siguen siendo fundamentalmente un activo de especulación. Durante el segundo trimestre de este año, el tiempo medio que un propietario ha poseído un NFT es solo de 48 días. Aunque la cifra ha aumentado un 55% con respecto a los 31 días del primer trimestre - posiblemente por la caída global del valor de los activos -, queda lejos de ser el tipo de bienes coleccionables y de inversión a largo plazo que algunos intentan comparar con el arte físico.