El mercado gaming ha crecido a niveles nunca vistos, con marcas como Scuf que diseñan hardware especialmente diseñado para cumplir las elevadas exigencias de los jugadores.
Y es que los consumidores del sector gaming son, probablemente, los más difíciles de contentar. Incontables marcas han fracasado en su intento de obtener unos ingresos fáciles, simplemente poniendo el nombre "gaming" a su producto y cambiándole el color; puede que eso atraiga a los 'casuales', pero los jugadores de verdad requieren mucho más que eso.
Hasta los componentes más estándar pueden ser mejorados para responder a esa demanda. Pongamos como ejemplo los mandos de control, cuyo diseño ha madurado mucho desde la locura de los 90 y los 2000, y se han estandarizado mucho; un mando de Xbox es más o menos igual sin importar el fabricante.
Es por eso que muchas marcas están experimentando con la personalización extrema de los dispositivos, y Scuf es una de ellas.
Haz que el mando sea tuyo
El Scuf Instinct Pro parece, a simple vista, un mando de Xbox cualquiera. La forma básica es la misma que la del mando que viene con las consolas de Microsoft, aunque en este caso es más apropiado compararlo con el mando Elite, por la cantidad de botones y opciones adicionales que trae.
Pero lo que realmente diferencia al mando de Scuf del resto es el proceso de personalización. Cuando entramos en la página web, veremos que el mando está disponible en seis colores, pero eso es sólo la punta del iceberg. Si pulsas en "Customize", te encontrarás con el verdadero potencial de su sistema de personalización.
Prácticamente todos los elementos del mando se pueden cambiar y adaptar a tu gusto, cambiando colores, texturas e incluso la forma; de esta manera, cuando terminemos el proceso de personalización nos quedará un mando único que se adaptará exactamente a lo que buscamos, tanto en el aspecto visual como en el funcional.

La cantidad de elementos que podemos cambiar es sorprendente, y básicamente sólo el 'esqueleto' del mando es el mismo. Para empezar, podemos cambiar la carcasa frontal; aunque el tacto suave siempre es el mismo, tenemos una enorme variedad de posibles estilos entre los que elegir. Podemos escoger entre ocho colores básicos, o bien decenas de diseños diferentes. Algunos son camuflaje de diferentes colores, otros son diseños más abstractos, fotografías o arte. Algunos son muy minimalistas, mientras que otros son muy complejos y detallados. Es cuestión de gustos elegir el que quieras, y con tanta variedad, es difícil no encontrar uno que te guste; la única manera en la que podría ser más exclusivo es si nos permitiese subir nuestros propios diseños, aunque eso es algo normalmente reservado a artistas profesionales independientes, y no una producción masiva como esta. En mi caso, escogí el color naranja, inspirado por los colores de elEconomista.es.
Eso es sólo el principio. El resto de elementos del mando también se pueden personalizar. El siguiente paso son los botones frontales, que pueden ser de colores como el mando original de Xbox, o bien optar por un estilo gris, u otro más llamativo en rojo. Aquí es donde empiezas a darte cuenta de que puedes compaginar el estilo de la carcasa frontal con el resto de los elementos. Es muy fácil tirarse un buen rato en este configurador, y lo sé porque ese fue mi caso.

La personalización va más allá de simplemente elegir un color o un diseño propio, también afecta al funcionamiento y al uso del mando. Y es que podemos elegir el tipo de palanca (o joystick) que queremos usar. Esto puede parecer algo confuso, pero hay buenos motivos para elegir un tipo u otro, especialmente dependiendo de cuáles sean nuestros juegos favoritos.
Podemos elegir entre dos longitudes de palanca, tanto para la izquierda como para la derecha y es muy importante tomar la decisión correcta. Una palanca más corta nos permite realizar movimientos más rápidos, y es la que se suele usar por defecto; pero una palanca más larga nos ofrece una mayor precisión en nuestros movimientos, y es muy útil en juegos de disparos en primera persona (FPS). Una palanca más larga a la derecha puede ayudarnos a apuntar mejor.

También podemos elegir entre dos terminaciones de palanca, que pueden ser cóncavas o convexas; eso afecta al agarre del dedo, y puede que prefiramos un estilo u otro dependiendo de cómo juguemos. Y por supuesto, también podemos cambiar el color de las palancas, y aunque tenemos sólo cuatro opciones, también podemos cambiar el color del aro que las rodea.
La cruceta direccional es uno de los elementos que más divide a los jugadores. Los últimos modelos tienen crucetas híbridas, que nos permiten apuntar en ocho direcciones diferentes, pero mucha gente prefiere el estilo clásico con cuatro direcciones, que nos obliga a pulsar dos al mismo tiempo para los ángulos. Con el Scuf Instinct Pro, podemos escoger.
Los botones superiores son menos personalizables, ya que sólo podemos cambiar el color; a cambio, los gatillos tienen un sistema integrado que nos permite cambiar su comportamiento mientras jugamos. Por defecto, los gatillos tienen recorrido, como cualquier otro mando; eso es ideal para juegos de carreras, para controlar mejor el acelerador y el freno, y para otros juegos que registren esas diferencias. Pero si nos fijamos en la parte trasera del mando, nos encontraremos dos interruptores que nos permitirán cambiar a un modo diferente, en el que los gatillos pierden el recorrido y se comportan como botones convencionales; este sistema es mejor para juegos de disparos, ya que así no tienes que esperar a que el gatillo suba para poder volver a pulsarlo, y la cantidad de veces que podemos disparar por segundo aumentará.

También en la trasera encontraremos cuatro botones más, que no solemos ver en mandos normales; podemos configurar estos botones adicionales para realizar más acciones. Hay que tener en cuenta que estos son botones, no palancas, y por lo tanto, la sensación al tacto puede ser diferente. En mi caso, han sido una ayuda tremenda en juegos de carreras, ya que les asigné el cambio de marcha para una sensación más realista. El mando viene programado con tres perfiles diferentes, que podemos cambiar con un botón, para que esos botones traseros sean asignados a diferentes acciones del frontal dependiendo del juego: fps, deportes o carreras.
Ya que hablamos de la trasera, también hay que recordar que este es un mando 'premium' y, como tal, no usa simplemente plástico duro. Las partes que tenemos que agarrar con la mano, por ejemplo, usan un plástico blando con un patrón que garantiza el mejor agarre, algo que agradeceremos si nos sudan las manos; aunque en ese caso, Scuf también ofrece un producto muy interesante: Gamer Grip, una crema que mantiene nuestras manos secas sin volverlas pegajosas, un producto claramente dirigido a profesionales o entusiastas que no quieran perder una partida por un desliz.
Siguiendo con la personalización, también podemos eliminar una funcionalidad que hasta no hace mucho era imprescindible: la vibración. Tengo que aclarar que la vibración del Scuf Instinct Pro es muy buena y aportará ese nivel adicional de realismo en la experiencia; pero no es menos cierto que cada vez más jugadores reniegan de esa tecnología, por la molestia que produce y que puede afectar a nuestros movimientos, además de por el peso adicional que suponen los motores de vibración. Por 3,99 euros, podemos pedir a Scuf que quite los motores; puede parecer algo extraño pagar por quitar cosas, pero es lo mismo que hacen marcas de coches de lujo cuando crean versiones extremas de sus deportivos de lujo: les quitan hasta los asientos.
Personaliza incluso después de comprarlo
Ya hemos terminado con las opciones que ofrece el configurador, pero no con las posibilidades de personalización. Scuf también tuvo el detalle de enviarme algunos accesorios y productos relacionados, que nos permiten cambiar incluso más la experiencia. El Player Pack es un conjunto de accesorios por 39,99 euros (de oferta) que añade una caja de transporte de alta calidad, con un acabado resistente a los roces y golpes y una textura curiosa en el interior.

Dentro de la caja nos encontraremos varias palancas de diferentes tamaños; eso es porque podemos intercambiar las piezas de este mando por nuestra cuenta, no tenemos que conformarnos con lo que hayamos elegido en el configurador. La carcasa frontal está conectada por imanes, y quitarla es muy fácil y nos dará acceso a los componentes internos. El intercambio de componentes es un proceso sencillo, porque sólo encajan de una manera; siempre que no hagas más fuerza de la necesaria realmente no hay que temer por romper nada. He podido cambiar las palancas a mi gusto sin problemas, y otros componentes, como la cruceta, también están disponibles para comprar por separado en la tienda de Scuf. O podemos comprar otra carcasa, y elegir una diferente para cada día de la semana o para diferentes eventos y juegos, por ejemplo.
El último accesorio del Player Pack es un largo cable USB-C. Como el mando de Xbox normal, el Scuf Instinct Pro es un mando inalámbrico que se conecta a nuestro ordenador por el adaptador oficial de Xbox; se incluyen dos pilas pero el mando no es capaz de recargarlas. Pero la opción que muchos jugadores prefieren es el cable, ya que así se reduce el retardo entre que pulsamos el botón y la acción se realiza en el juego. El cable del Player Pack es de gran calidad, trenzado y con un acabado en cobre muy elegante, pero cualquier cable USB-C sirve.
Un mando especial
El Scuf Instinct Pro es uno de los mandos de videojuegos más completos y personalizables del mercado, pero eso no es suficiente para contentar a los jugadores más exigentes. La calidad de fabricación parece correcta, aunque no he usado el mando durante tanto tiempo como para poder afirmarlo categóricamente; sólo puedo decir que he podido jugar sin problemas, e intercambiar componentes sin miedo a que se rompan, ni he sentido una mayor fragilidad sólo porque eso sea posible.

El tacto de los botones es bueno, aunque en este sentido creo que no se diferencia mucho del mando oficial de Xbox. Y los botones adicionales son una gran ayuda en muchos títulos. Este mando no sólo puede adaptarse a tus gustos, sino también a cada juego por separado, y eso es algo que no todos pueden decir. Además, Scuf también ofrece mandos para otros sistemas, como el nuevo Reflex para PlayStation 5, y accesorios como los auriculares H1.
Claro, que todo esto tiene un precio: concretamente, 232,99 euros; pero eso es sólo el principio, y si empiezas a personalizar el mando, el precio puede superar fácilmente los 300 euros; súmale accesorios y este mando puede llegar a costar tanto como una consola completa. Es una inversión fuera del alcance de muchos jugadores, y no te culpo si crees que es difícil de justificar. Lo que puedo decir es que, con el mando en la mano, la experiencia es excepcional y varios pasos por delante de un mando básico, con el estilo que yo escogí y no el que una marca decidió. Y eso tiene valor.