
Poco a poco se van materializando las sanciones económicas que se están imponiendo a Rusia para intentar frenar la invasión a Ucrania, la más reciente ha sido el anuncio por parte de Intel y AMD de dejar de suministrar procesadores a Rusia.
Desde que comenzó el conflicto entre Ucrania y Rusia, el resto de países, liderados por Estados Unidos y Europa, han ido imponiendo una lista de sanciones al país invasor con el objetivo de aislarles económicamente. Ya sean sanciones a los oligarcas rusos, a los servicios bancarios o a las empresas, todos los sectores se han visto afectados.
Ha sido la Oficina de Industria y Seguridad de EEUU (BIS) quien ha lanzado una serie de sanciones que limitan la venta de productos de fabricación estadounidense al gobierno ruso o cualquier entidad relacionada con ellos. En un principio estas sanciones no afectarán a los chips destinados a particulares, pero la decisión final vendrá de su Departamento de Comercio.
Según el medio ruso RBC, tanto Intel como AMD ya han notificado verbalmente a los fabricantes rusos que por el momento se cancelan todos los envíos a dicho país. Al igual, que las fábricas de Intel con sede en China también han sido notificadas de la suspensión de envíos.
No es la primera vez que EEUU impone sanciones de este tipo, ya que en los últimos años varias compañías chinas han sufrido inhabilitaciones. Uno de los casos más destacadas fue el de Huawei, que tuvo que diseñar su propio sistema operativo tras ser vetado de usar Android en 2019.
Y aunque ni Intel ni AMD han hecho oficial esta noticia, un representante de la Asociación de Desarrolladores y Fabricantes Rusos de Equipos Electrónicos confirmó a RBC el bloqueo temporal de las ventas a Rusia.
Este paquete de sanciones tendrá efecto a partir del 3 de marzo, y desde esta fecha las compañías americanas tendrán que obtener permiso para poder suministrar materiales para productos tecnológicos, de ordenadores, de aviónica y aeroespaciales a clientes rusos. Se espera que el gobierno americano sí que aprobará el suministro de determinados productos.
Estas sanciones van a afectar gravemente al mercado ruso y dependerá de la reacción de los fabricantes chinos, si siguen produciendo para compañías rusas, que el país comience a notar la escasez en chips de ordenadores y el precio de estos comience subir a precios nunca antes vistos.