Tecnología

Llevo años esperando esto: Microsoft Surface Pro 8, la nueva referencia con Windows 11

  • Es la primera renovación completa de la tablet Windows
  • La pantalla es más grande, y hay un salto en hardware
  • El nuevo lápiz táctil destaca

Microsoft por fin ha renovado su gama Surface, incluyendo el nuevo modelo de la Surface Pro 8, una tablet con Windows 11 que se convierte en un ordenador portátil.

Siempre he sido un gran fan de las Surface, de la misma manera que lo he sido de los Pixel de Google. Su papel es similar: son dispositivos creados por el desarrollador del sistema operativo, capaces de demostrar todas sus posibilidades como ningún otro y sin ninguna distracción.

Pero no es menos cierto que ser un fan de las Surface ha sido algo difícil en los últimos años, con el lanzamiento de 'nuevas' generaciones que sólo han actualizado el hardware interno a la última versión disponible de Intel. La Surface Pro 7 fue un buen ejemplo, un dispositivo que, a simple vista, era indistinguible de los anteriores, con un diseño anticuado, demasiado cuadrado y grueso.

El cambio que deseábamos

Con la octava generación, Microsoft por fin ha decidido aprovechar los grandes avances técnicos en procesadores, para crear una tablet moderna, ligera y que no sacrifica potencia. La Surface Pro 8 es, por lo tanto, la respuesta a nuestras peticiones, y la verdad es que no podría estar más contento.

Por fin tenemos una Surface con diseño estilizado, bordes redondeados y un grosor muy inferior; aunque sigue siendo más gruesa que las tablets con Android, por ejemplo, al menos se han eliminado las rejillas de ventilación, simplemente porque ya no son necesarias. El resultado es un dispositivo mucho más moderno y elegante, que, pese a todos los cambios, sigue pareciendo una Surface; el estilo propio de Microsoft no se ha perdido, y se mantienen las mismas decisiones de diseño que se tomaron con el primer modelo.

Por ejemplo, se mantiene el pie integrado en la carcasa del dispositivo, que nos permite apoyar la tablet. Sigue siendo tan resistente como siempre, y no tengo miedo en abrirlo y cerrarlo constantemente.

Otro detalle genial es que ahora la pantalla es más grande, alcanzando las 13 pulgadas, sin que por ello el dispositivo ocupe más espacio. Eso se ha conseguido reduciendo los bordes de la pantalla, aunque no se hayan eliminado completamente; en concreto, el borde superior es realmente grueso, comparado con lo que solemos ver en otras tablets y portátiles, pero eso se explica en parte por la presencia de sensores infrarrojos compatibles con Windows Hello, que nos permiten desbloquear Windows 11 sólo con mostrar nuestra cara. Acompañan a la cámara frontal, que es simplemente excepcional; con un sensor de 5 MP, obtiene la que probablemente es la mejor experiencia en videollamadas con una cámara integrada. La imagen es clara y no parecerá que vivimos en una caverna; además, el desbloqueo con la cara ha sido rápido durante el tiempo que lo he usado.

Renovación de hardware

Hablando de la pantalla, ese siempre ha sido un aspecto importante para las Surface, ya que fueron de las primeras en implementar la relación de aspecto 3:2; es decir, que la pantalla era 'casi cuadrada', mucho más alta de lo habitual. Es un formato mejor adaptado a trabajar con documentos, navegar por páginas web, y usar ciertas aplicaciones que muestran muchos datos al mismo tiempo, ya que evita tener que estar haciendo 'scroll' constantemente.

Pese a todos los cambios de diseño mencionados, la Surface Pro 8 mantiene la misma relación de aspecto, lo cual tiene sentido; ya estamos viendo a otros fabricantes seguir los pasos de Microsoft en sus dispositivos, y poco a poco, se está convirtiendo en un estándar de la industria. Sin embargo, eso también supone que esta pantalla no está bien adaptada para contenido multimedia, ya que, inevitablemente, veremos franjas negras cuando veamos cualquier vídeo. Al menos, la experiencia sonora está a la altura gracias a un par de altavoces colocados a ambos lados de la pantalla y que, por lo tanto, apuntan directamente hacia nosotros.

Donde no encuentro falta es en la calidad de imagen, que sigue siendo muy buena, con un brillo no especialmente destacable, pero con una buena nitidez gracias a su resolución de 2880 x 1920, ideal en este tamaño. La gran novedad la encontramos en la frecuencia de refresco, que por primera vez en una Surface alcanza los 120 Hz; sin embargo, debes tener en cuenta que, por defecto, Windows 11 está configurado para aprovechar sólo 60 Hz. Si quieres las mejoras en fluidez que aportan los 120 Hz, tendrás que cambiar la configuración, pero si lo haces recuerda que afectará a la duración de la batería. Personalmente, creo que merece la pena si tienes un enchufe cerca, ya que las nuevas animaciones de Windows 11 se ven mucho mejor a 120 Hz.

Las Surface siempre han sido buenas ahorrando batería, y esta Surface Pro 8 con hasta 16 horas de uso no es una excepción; en uso real, espera que esa cifra baje hasta las 9-10 horas, dependiendo de lo que estés haciendo. Con 120 Hz, tendrás suerte si te dura toda la jornada laboral. Por lo tanto, son buenos resultados, si bien no excelentes comparado con los últimos portátiles Windows.

La clave está en la plataforma Intel Evo, ya que este equipo usa componentes de ese fabricante en exclusiva. En efecto, aún tenemos que esperar para una Surface con procesador Ryzen, pese a los constantes guiños entre Microsoft y AMD. Además, estamos limitados a la undécima generación de procesadores Intel Core, ya que estos dispositivos se anunciaron en EEUU cuando la duodécima aún no había llegado.

Con todo, no vas a echar falta rendimiento en tareas de oficina y navegación web, aunque estos no son los equipos más potentes que puedes conseguir en este rango de precios. Por ejemplo, la unidad que he podido probar tiene un Core i7-1185G7 con sólo cuatro núcleos físicos, lo que le perjudica un poco en operaciones intensivas de multitarea. Es el sacrificio que Microsoft ha tenido que realizar para obtener una batería tan buena, además de para reducir el grosor de la tablet. Incluso cuando he 'machacado' el sistema, la temperatura interna de los componentes en ningún momento ha superado los 45 grados, y no ha molestado al tacto cuando he cogido la tablet. Este es un gran logro que puede compensar todo lo demás.

Sigue siendo una Surface

Además, es gracias a esta plataforma que tenemos muy buenas opciones en conectividad, incluyendo dos puertos USB-C que ya alcanzan el estándar USB 4.0 y Thunderbolt 4 para la máxima velocidad de transferencia posible y la conexión de todo tipo de dispositivos, siempre y cuando tengamos adaptadores, claro. Y es que no tenemos nada más, aparte del jack de audio y, cómo no, el puerto Surface Connect.

Pese a todos estos cambios, Microsoft mantiene el mismo puerto de carga Surface Connect. Si no lo has probado nunca, llama la atención por su forma extraña, pero lo mejor es que es una conexión magnética, así que no tiraremos el dispositivo si se nos enreda y tiramos del cable sin querer. Además, el cargador incluye un puerto Ethernet para conectarnos a Internet por cable, aunque ya tenemos una conexión Wi-Fi 6 disponible.

El mayor cambio en cuestión de conexiones, y el que probablemente te enfade más si ya tenías una Surface, está en la parte inferior, en las conexiones para la funda con teclado. El Surface Pro 8 no es compatible con los teclados de los modelos anteriores, por lo que tendrás que comprar uno nuevo. Y eso no es lo peor.

No hay otra manera de decirlo: la Surface Pro 8 es cara. El modelo más básico, con un Intel Core i5 acompañado de 8 GB de memoria RAM y 128 GB de almacenamiento, cuesta nada menos que 1.179 euros; es muy difícil de justificar, especialmente por la obsesión de Microsoft de empezar con 8 GB cuando es bien sabido que los 16 GB son necesarios a poco que quieras usar el dispositivo para algo más que para navegar por Internet de manera casual (sin muchas pestañas). Y mejor no decir nada del almacenamiento, que no lo podrás ampliar fácilmente.

Pero, como ya he dicho, ese no es el precio que pagarás. Si realmente quieres sacar partido a este dispositivo, tendrás que comprar la funda con teclado por separado, con un precio mínimo de 149,99 euros.

El teclado que he podido probar es el Signature, que cuesta más, 179,99 euros, porque incluye una zona para recargar la otra gran novedad: el lápiz táctil Surface Slim Pen 2, disponible de manera opcional por 129,99 euros. Y en este caso, creo que sí los vale, porque es uno de los mejores lápices táctiles que he tenido la oportunidad de probar. Además de lo básico (una buena respuesta y acceso a la app Whiteboard sólo con pulsar el extremo), este lápiz es capaz de vibrar cuando dibujamos, imitando la sensación táctil cuando pasamos un lápiz real sobre el papel. Es una sensación muy curiosa, que podemos eliminar o aumentar, y que puede servir para hacer el dibujo más intuitivo. Además, también es compatible con las apps de Office para introducir datos, hacer mediciones y anotaciones de manera más directa.

¿Ha merecido la pena esperar?

Pues creo que sí. La Surface Pro 8 es un gran dispositivo que realiza los cambios que llevamos años pidiendo y, al mismo tiempo, conserva la mayoría de las cosas que hicieron especiales a sus antecesores. El resultado es una experiencia excepcional, probablemente una de las mejores con Windows 11, y sólo eso ya debería ponerlo muy alto en tu lista de posibles.

Pero es imposible ignorar que Microsoft pide mucho a cambio de todo eso. Me molesta más que las versiones básicas sean tan pobres en cuestión de hardware, y casi que preferiría un precio más alto para la versión básica, pero que sea más completa; claro, que es comprensible que el departamento de marketing no quiera eso.

Con todo, esta sigue siendo una gran referencia para Windows 11 y en ese sentido, podemos decir que Microsoft ha cumplido.

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Comentarios 1

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Cara no carísima.... 1.179 euros el modelo de partida, el modelo probado con i7 y setup completo de teclado y lápiz? 2,5k€?

Pd: una revisión mejorable, mucho texto pocas características...

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#1