Intel ha anunciado la construcción de una planta de fabricación de chips en New Albany, Ohio, con el objetivo de convertirse en la referencia mundial en la producción de procesadores.
La inversión forma parte de los planes de Intel para reorganizarse después de una década en la que ha perdido a algunos clientes importantes, como Apple, y ha recibido más competencia que nunca de AMD y los fabricantes de chips ARM para móviles. Como parte de los cambios, Intel usará fundiciones externas para cubrir los objetivos de producción, algo inusual en la historia de la compañía; pero al mismo tiempo, invertirá para que eso no sea necesario. La planta de Ohio forma parte de ese impulso.
Aunque inicialmente la planta ocupará 4 kilómetros cuadrados, estará preparada para una ampliación hasta los 8 kilómetros cuadrados. Para empezar, la planta estará compuesta por dos fábricas de chips, pero podría alojar hasta ocho. De esta manera, Intel pretende convertir a Ohio en "Silicon Heartland" (corazón de silicio), de la misma manera que ayudó a crear Silicon Valley en California, ya que esta inversión puede atraer a otras tecnológicas. El gobernador de Ohio, Mike DeWine, ha calificado la noticia como "monumental", y afirma que las nuevas instalaciones serán "transformativas" para el estado, creando miles de puestos de trabajo. Esta es también la mayor inversión privada de la historia de Ohio.
Este no era el único estado candidato. Según Times, los dos factores que han determinado su elección fueron el marco regulatorio y que la construcción de esta fábrica no requerirá el desplazamiento de residentes, evitando posibles polémicas como las que otras tecnológicas han sufrido en su expansión. Para Intel, es la primera vez en 40 años que llega a un nuevo estado, después de construir fábricas en Oregon, New Mexico y Arizona.
Además de los 20.000 millones de dólares iniciales (17.600 millones de euros), Intel pretende invertir hasta 100.000 millones a lo largo de la próxima década, además de 100 millones dedicados a diversas alianzas con universidades y otros centros educativos para mejorar la formación.
Este anuncio llega en un momento de crisis en el sector, con una carencia de chips que ya está obligando a parar la producción de algunos modelos de coches y productos tecnológicos. El sector depende en buena medida de Taiwan y Asia y por lo tanto, este movimiento también tiene un componente político, en un mundo en el que tener el control de los chips supone tener el control sobre el mercado, ya que todos los productos tienen uno a estas alturas.
Por lo pronto, la construcción de las dos primeras fábricas dará inicio a finales de este 2022, y se espera que la producción de inicio en el 2025. Será entonces cuando produzcan los chips más avanzados de Intel.