
El Razer Blade 17 es un gran portátil, en todos los sentidos; no sólo es ocupa más espacio que un modelo más tradicional, sino que más importante, tiene un hardware a la altura.
Uno de los mejores indicadores de que el sector español de los portátiles está creciendo está en la llegada de más marcas y modelos que hasta hace poco, no estaban disponibles en nuestro país. Un buen ejemplo fue cuando Razer decidió traer los Blade por primera vez a España, después de años centrándose en los periféricos.
Ya pudimos probar el Razer Blade 15, uno de los portátiles gaming de referencia, pero esa no es la única arma de la compañía de las serpientes verdes; el modelo que realmente destaca del resto es el Razer Blade 17, que presume de algo más que una pantalla más grande.
Gigantesco, por buenas razones
Claro, que eso es lo primero que te llama la atención de este portátil, el tamaño. Es uno de los más grandes que he podido probar; ponlo sobre la mesa, y puede que te quede poco sitio libre, pero tendrás que ponerlo ahí por lo incómodo que resulta tenerlo en el regazo. Este portátil estira la definición de la palabra "portátil"; sí, puedes moverlo de un lado a otro, pero es poco probable que quieras hacerlo.
Este es de esos portátiles que se quedan en una mesa, sustituyendo a un ordenador de sobremesa convencional, pero si tienes que moverlo, al menos no te costará tanto. Parece extraño con todo lo que he dicho, pero la verdad es que el Razer Blade 17 es muy ligero y fino para la cantidad de espacio que ocupa. La clave está en el uso de un chasis de aluminio "unibody", creado por maquinaria CNC a partir de un único bloque de aluminio; esto garantiza una mayor robustez, pero mi parte preferida es el acabado mate anonizado, que es lo que lo hace destacar de otros portátiles 'premium'.

Razer también ha respondido a una de las mayores molestias de este tipo de acabados, que suelen atraer las huellas como ninguno; es algo que se nota especialmente en fotografías. La compañía afirma que ha aplicado una cubierta contra las huellas, y aunque la verdad es que se siguen notando, al menos no es un problema tan grave como antes.
No hay mucho más que decir del diseño, que mantiene la sobriedad habitual en la marca; sólo el logotipo de las tres serpientes destaca en el centro. El Razer Blade 17 es idéntico al Razer Blade 15, y sólo varía el tamaño; y eso es cierto incluso cuando lo abrimos, pero también es entonces cuando nos damos cuenta de la diferencia que suponen sólo dos pulgadas más.

El teclado con retroiluminación RGB, que es el mismo que el del Razer Blade 15, parece minúsculo en el Blade 17 por la gran cantidad de espacio libre que hay a los lados. Como es habitual, Razer ha metido altavoces a cada lado del teclado para ofrecer la mejor experiencia (y son cuatro y con sonido espacial THX 7.1); pero ni siquiera los altavoces son suficientes para eliminar la sensación de que hay mucho espacio desaprovechado. Tal vez me hubiera gustado ver algo más, como un teclado numérico o teclas macro que podamos configurar a nuestro gusto, algo que no sólo aproveche el mayor espacio disponible, sino que lo haga más agradable estéticamente.
Por supuesto, este portátil no es grande sólo por serlo; hay buenas razones por las que querrías un Blade 17 en vez de un Blade 15, y van más allá de la pantalla, aunque esa sea una de ellas.
Dicho de manera directa, la pantalla del Blade 17 es una de las mejores que he probado en un portátil gaming; hasta el punto de que puede ser "demasiado buena", dependiendo del modelo que escojas (podemos elegir un panel 1080p, un 2K o un 4K). En mi caso, he podido probar el increíble panel de resolución 4K y frecuencia de refresco de 120 Hz, y la experiencia ha sido brutal. En lo técnico, presume de cubrir el 100% de la gama de colores Adobe RGB, y está lo suficientemente bien calibrado como para aprovecharlos en videojuegos y películas, aunque los rojos tal vez destaquen demasiado. Por alguna razón, es una pantalla táctil, algo que puede resultar útil en algunos casos de uso, pero que en este Blade 17 veo algo innecesario; tal vez por eso la siguiente generación ha eliminado esto, en favor de mejorar la frecuencia de refresco.
En este tamaño, la resolución 4K es perfecta, al ofrecer la nitidez necesaria; es algo que notamos sólo con navegar por la web, pero que también agradeceremos en videojuegos. Claro, que para eso primero tenemos que alcanzar los 120 frames por segundo a 3840 x 2160 píxeles, algo que es posible en sólo unos pocos juegos actuales y antiguos.

El Razer Blade 17 que he podido probar aún está basado en la 11ª generación de procesadores Intel Core, y aunque la gama empieza con el i7-11800H, este modelo tenía el i9-11900H, toda una 'bestia' de 8 núcleos y 16 hilos que alcanza los 4,9 GHz como máximo. Eso es una barbaridad en un sistema portátil, pero es necesario para un portátil como este.
Viene acompañado de 32 GB de memoria RAM y de una gráfica Nvidia, empezando por la RTX 3060; el modelo que he probado tenía una RTX 3080, y aquí es donde la elección de la pantalla tendrá gran importancia. Para empezar, da igual la gráfica que elijas, no vas a poder jugar a 4K y 120 fps en la mayoría de juegos modernos; pero la RTX 3080 es la que más se acerca y más importante, es la que te permitirá aprovechar mejor DLSS, la tecnología de Nvidia que parte de una resolución inferior y amplía la imagen por supermuestreo con aprendizaje automático. Es de esa manera que podrás aprovechar la pantalla 4K en nuevos títulos para PC como God of War y Rainbow Six Extraction.
En mi caso, este portátil me ha servido para disfrutar de los juegos lanzados en el último año con facilidad, aunque alcanzar los 4K ha sido un desafío en los más exigentes; ese fue el caso de The Ascent, basado en el último Unreal Engine y que obtuvo 50 fps a 4K, pero que saltó a 90 fps a resolución 2K y por lo tanto, aprovechaba mejor la velocidad de refresco de la pantalla. La historia se repitió en Cyberpunk 2077, alcanzaba como máximo los 30 fps con los gráficos en Ultra y en una de las escenas con más acción, pero que gracias a DLSS, se quedó en unos 45 fps muy estables; los 60 fps son fáciles de alcanzar sólo con tocar un poco de la configuración. Por su parte, en F1 2021, alcanzar los 70 fps en 4K es lo habitual con los gráficos en Alto.

En pruebas sintéticas, 3DMark obtuvo una puntuación de 10.567 puntos, y en PCMark, de 6719 puntos. Todo esto, con los ventiladores a tope, por supuesto. Aún así, gracias al uso de cámara de vapor las temperaturas nunca llegan a niveles excesivos; me ha sorprendido tocar el portátil en la zona en la que están los chips y no quemarme como es habitual, y suena menos que otros portátiles gaming que he probado.
Muchas posibilidades
Antes he dicho que el Razer Blade 17 puede ser un sustituto de un ordenador de sobremesa, y no lo digo sólo por la potencia en videojuegos; de hecho, creo que la verdadera fortaleza de este portátil está en su versatilidad, y que puede que los jugadores no sean los que lo aprovechen mejor.
Pongamos como ejemplo la mencionada pantalla 4K, que gracias a que cubre el 100% de la gama de color AdobeRGB, es ideal para creadores de contenido, fotógrafos, editores de vídeo y muchas otras tareas creativas. Eso no es algo que podamos decir de la mayoría de portátiles gaming, que suelen priorizar aspectos relacionados con el gaming. Otro detalle importante está en la webcam, que ha sido mejorada a resolución 1080p y ahora es mucho más apropiada para videollamadas, aunque a cambio tengamos un borde superior algo grueso.
En cambio, sólo con elegir un buen procesador y la cantidad de memoria RAM adecuada, es perfectamente posible usar este Razer Blade 17 como ordenador de trabajo, de creación de contenido o incluso para ocio; la pantalla es lo suficientemente grande como para que dos personas puedan ver una película al mismo tiempo. Y si se da la situación, siempre puedes coger el portátil y llevártelo a donde lo necesites; eso sí, no pasará mucho tiempo desenchufado. Aunque Razer ha hecho lo que ha podido, la batería no durará más de cuatro horas con un uso normal, y mucho menos si estamos jugando. Al menos el adaptador de corriente es grande, pero no excesivamente.

Además, no hace falta que usemos el cargador que viene con el portátil. Los dos puertos USB-C integrados son Thunderbolt 4 y permiten la carga de hasta 45 W. Eso no nos servirá para jugar, pero sí para usar el portátil para navegar o trabajar en una emergencia sólo con un cargador como el que viene con muchos smartphones modernos.
Hablando de puertos, tenemos una buena variedad y calidad, incluyendo un preciado HDMI 2.1 que nos permitirá conectar un monitor o un televisor sin miedo de limitaciones de ancho de banda, con la máxima calidad de imagen. Se suma a los tres puertos USB-A 3.2 Gen 2. Hasta tenemos un puerto Ethernet, lo preferible para reducir el 'lag' que puede tener la red inalámbrica; para esto, tenemos soporte de Wi-Fi 6E, aunque necesitaremos un router moderno para aprovecharlo. Por último, la inclusión de un lector de tarjetas SD será de agradecer para fotógrafos, que así no tendrán que usar un adaptador.
Con todo, el Razer Blade 17 es algo más que un portátil gaming; es un ordenador que cumple todas las funciones que podamos necesitar en un ordenador. Sólo hay que tener en cuenta que esta versatilidad tiene un precio: más de 2.500 euros, concretamente. En estos momentos, es posible conseguir el modelo básico con un Core i7 y una RTX 3060 por 2.581 euros en PcComponentes.