
Hannspree ha lanzado varios monitores gaming este 2021, como parte de su sorprendente apuesta por este creciente nicho de mercado; de todos, el que más llama la atención es el HG440 CFW, un modelo 'ultra-panorámico de nada menos que 44 pulgadas.
Decimos que es un lanzamiento sorprendente, porque Hannspree es una marca que asociamos más con monitores y tabletas profesionales, para entornos de oficina y establecimientos; no es un nombre que asociemos con los últimos videojuegos, pero ahí es donde el mercado se está expandiendo más, así que tiene sentido que la compañía haya usado su experiencia en estos nuevos productos.
Toda la gama de monitores gaming de Hannspree tienen en común una cosa: precios más bajos de lo normal. Da igual el modelo que escojas, costará menos que la mayoría de alternativas del mercado. El mejor ejemplo es el modelo que he podido probar, el ultra panorámico de 44 pulgadas que cuesta sólo 620 euros.
Un auténtico gigante
Es un precio difícil de creer, especialmente cuando recibes la caja y te das cuenta que es más alta que muchas personas. Es un monitor muy grande, superando el metro de anchura, y eso supone que necesitarás una mesa acorde; una que sea 'gaming' y relativamente grande es ideal, pero una mesa de escritorio puede tener problemas para alojar semejante máquina.

Pero es ese tamaño el verdadero motivo por el que estarías interesado en este monitor en primer lugar; eso, y la proporción. El HG440 tiene una de las proporciones más raras del mercado, 32:9, y eso supone que es mucho más ancho que alto, lo que se refleja en la resolución de 3840 x 1080 píxeles. En efecto, tiene tantos píxeles de ancho como un monitor 4K, pero tan pocos píxeles de alto como un monitor 1080p; es una mezcla que puede sonar extraña, pero que tiene mucho sentido en muchas situaciones de uso.
Semejante cantidad de espacio longitudinal es útil incluso en el escritorio; por ejemplo, aunque es un monitor gaming, también lo he usado mucho para trabajar, y cumple con creces. Es perfectamente posible tener tres ventanas abiertas al mismo tiempo, todas en el equivalente a tamaño completo en un monitor convencional; aunque para gestionarlas, recomiendo usar Windows 11 o instalar PowerToys en Windows 10. Mantener tres ventanas al mismo tiempo ayuda mucho a la productividad, y yo diría que es incluso mejor que tener dos monitores como hacen muchos usuarios, ya que no tenemos bordes en medio y cambiar de una ventana a otra es más intuitivo. Además, los modos 'Picture in Picture' y 'Picture by Picture' nos permiten tener dos sistemas conectados, y verlos al mismo tiempo en su propio espacio de pantalla.

De hecho, el mayor problema de usar este monitor para trabajo es que tienes demasiado espacio horizontal como para verlo todo; así que tienes que estar constantemente moviendo la cabeza de un lado a otro. Eso es porque este es un monitor plano, no curvo, y por lo tanto los bordes externos están bastante lejos de nuestro punto focal; el problema de esto es que no ves lo que ocurre en la otra punta del panel. Por ejemplo, me he perdido muchas notificaciones, que aparecen en la esquina derecha, porque estaba mirando una ventana a la izquierda.
También es algo molesto tener que mover el ratón de un extremo a otro; por ejemplo, para abrir el menú inicio o las apps de la barra de tareas; las soluciones son cambiar la sensibilidad del ratón, acostumbrarte a usar atajos de teclado, y cambiar a Windows 11 que pone todos esos elementos en el centro.
¿Merece la pena tanto trabajo? Desde mi punto de vista, sí. Tener tanto espacio a nuestra disposición es tremendamente útil, y algo que recomendaría a cualquiera que se sienta cohibido por las limitaciones de su monitor.
Rápido y espectacular
Pero este es un monitor gaming, ¿cómo se comporta en videojuegos? Pues la verdad es que muy bien, pero no es el mejor. Estamos ante un panel IPS, capaz de alcanzar los 120 Hz y presume de un tiempo de respuesta de 1 ms; en la práctica, es un rendimiento bueno, pero no espectacular.
Si sólo has usado monitores de 60 Hz hasta ahora, los 120 Hz te abrirán los ojos; todo va mucho más fluido y redescubrirás animaciones y efectos que hasta ahora no te parecían tan notables. Eso sí, debido a la proporción de la pantalla, la experiencia varía mucho dependiendo del juego.

Este monitor da lo mejor de sí en títulos de disparos en primera persona, porque podemos aprovechar el espacio adicional para una mayor inmersión, y para ver cosas que normalmente quedan 'tapadas' en monitores convencionales. Es como si hubieses llevado anteojeras durante toda tu vida, y ahora te las hubiesen quitado; eres capaz de ver enemigos que antes aparecían de repente, y disfrutar de la arquitectura de los escenarios como nunca. En juegos competitivos, puede resultar una ventaja, aunque hay algunos juegos que implementan medidas para evitarlo como variar la resolución o el FOV (Field of Vision, campo de visión).
En juegos de carreras, es incluso mejor; la inmersión es espectacular si ponemos la cámara en los ojos del piloto, y podremos ver los coches que pasan a nuestro lado, e incluso usar los espejos retrovisores, que muchas veces quedan fuera del espacio del monitor. Y tenía que probar Truck Simulator y ver cómo el realismo aumenta.
En cambio, otros juegos no se adaptan tan bien a la proporción de esta pantalla; los juegos de estrategia, de rol y en general, los que mantienen la cámara elevada, no se benefician del espacio adicional y en ocasiones, da la sensación de que estamos más limitados. Por ejemplo, en el juego de acción y rol The Ascent, sentía que me estaba perdiendo detalles arriba y abajo, y el espacio lateral no me resultó una ventaja notable, por el reducido espacio de los entornos.

También hay juegos que directamente no son compatibles con esta relación de aspecto, ya que fueron programados para resolución 1080p o 4K; en esos casos, tendrás grandes barras negras a los lados o peor, la imagen estirada, y probablemente tendrás que tocar la configuración para conseguir un equilibrio adecuado.
Ese mismo problema aparece cuando vemos películas y otro contenido multimedia; en la mayoría de los casos, no encontrarás vídeos adaptados a esta relación de aspecto, lo que supone desaprovechar buena parte de la pantalla. Y como no es muy alta, en estos usos es algo peor que un monitor 4K convencional de 32 pulgadas, por ejemplo.
Por qué es tan barato
Por lo tanto, estamos ante un monitor muy bueno, que ofrece una experiencia completamente diferente (y mejor en muchos casos) tanto trabajando como jugando. ¿Dónde está la 'trampa'? Es evidente que, con este precio, tenía que haber sacrificios, y es cierto que los hay; pero me alegra ver que, en vez de hacer un sacrificio grande, Hannspree ha optado por varios pequeños recortes.
El más evidente está en la calidad del panel IPS que, aunque no es ni mucho menos malo, también está lejos de ser el mejor. La calidad de los colores es sólo apropiada, y puede que eches en falta una calibración diferente, con colores más vivos. El brillo también es bueno, pero tampoco excepcional, aunque gracias al gran contraste el monitor es compatible con DisplayHDR 600.

También me ha molestado encontrarme con conectores inapropiados para la resolución y la velocidad de este monitor. Básicamente, la única manera de sacar todo el partido a este monitor es usando la conexión DisplayPort, que es la única que permite usar 120 Hz a resolución nativa y color de 10 bits; los dos puertos HDMI incluidos no son capaces de llegar a eso, y que uno de ellos sea HDMI 1.4 parece una broma de mal gusto. Tampoco ha ayudado que el cable DisplayPort que venía con el monitor fuese defectuoso, lo que me provocó muchos quebraderos de cabeza hasta que me di cuenta de lo que estaba pasando. Al menos tenemos conexión USB-C para conectar nuestro portátil y al mismo cargarlo con 65 W.
La calidad de fabricación del HG400 es buena, pero los materiales usados se notan baratos; al menos, la base es metálica para ofrecer el peso necesario para asegurar la estabilidad del monitor. Y aunque la peana ofrece un buen rango de movimientos, no podemos rotar el monitor de ninguna manera. Lo que no podía faltar es iluminación RGB, que es muy llamativa.
Tal vez para compensar, Hannspree ha incluido varios 'extras' en la caja, como un mando a distancia para activar los diferentes modos; lo cual se agradece porque los menús integrados en el monitor son difíciles de usar. Por alguna razón, también se incluye una gigantesca alfombrilla, de esas en las que podemos poner no sólo el ratón, sino también el teclado encima.
Mejor imposible por este precio
El Hannspree HG440 CFW no es el mejor monitor gaming que he probado, ni de lejos; pero sí que es el único que es capaz de ofrecer una experiencia ultra panorámica a este precio. Se mire como se mire, 620 euros son pocos para lo que se incluye, un panel de gran tamaño que cambiará la manera en la que vemos nuestros juegos; y como guinda, también es muy bueno para trabajar.
Hay recortes necesarios para alcanzar ese precio, por supuesto, pero seamos sinceros, eran inevitables; muchos modelos de tamaño similar de la competencia cuestan el doble. Si tienes eso en cuenta, esta puede ser una gran opción económica si siempre quisiste dar el salto al mundo ultra panorámico.