
El Acer Swift 3 demuestra los motivos por los que Acer suele estar en los primeros puestos de las listas de ventas: es un portátil que cumple con su función, y punto.
A la hora de comprar un portátil, cada usuario tiene sus prioridades; por ejemplo, hay personas que siempre quieren tener lo último, incluso a costa de la experiencia, mientras que hay otras que sólo quieren que su ordenador funcione lo mejor posible, y no se preocupan por aspectos secundarios.
No hay nada de malo en una filosofía o en otra; es una simple cuestión de gustos. Y durante décadas, Acer se ha centrado en ofrecer portátiles que cumplen con lo que requieren la mayoría de usuarios, y este Acer Swift 3 que he podido probar no es una excepción.
Completo y ligero
El Acer Swift 3 es la nueva generación de uno de los portátiles más veteranos de la marca, uno de los pilares de su oferta; y como tal, aquí no encontramos muchas sorpresas. Si me pidiesen dibujar un portátil de memoria, probablemente sería muy parecido a este Acer Swift; el diseño no sorprende y, a estas alturas, incluso puede parecer obsoleto con todo lo que hemos visto hasta ahora.

Pero eso no significa que sea feo, ni que Acer no haya trabajado lo suyo. Y es que este modelo está fabricado en magnesio y aluminio, materiales que solemos ver en modelos de gama alta y que aquí se usan para mantener el peso del dispositivo lo más reducido posible; y eso se nota en la mano. El Acer Swift 3 es sorprendentemente ligero, y eso nos beneficiará si lo tenemos que llevar de un lado a otro en la mochila; aunque no es tan fino como tal vez podría ser.
El modelo que he podido probar es el que usa una pantalla de 13,5 pulgadas, un tamaño tal vez algo raro pero que supone un interesante punto medio: no es demasiado grande ni demasiado pequeño, y esto último es importante porque le permite meter todo tipo de tecnología para la que no tendría espacio.
Por ejemplo, la variedad de puertos es excelente, si bien su número no lo es; tenemos dos USB-A 3.2 Gen 1, y un USB-C Gen 2 para la mayor velocidad posible, pero además, contamos con una salida HDMI para conectar una pantalla sin necesidad de usar un adaptador. No me ha gustado tanto que siga necesitando un conector especial para el adaptador de corriente, y me hubiera gustado ver un segundo USB-C con Thunderbolt para carga y datos.

Cuando abrimos el portátil (algo que no podemos hacer sólo con una mano, lamentablemente), veremos un interesante diseño de bisagra, que nos permite abrir la pantalla en un ángulo de 180 grados; este no es un 'convertible' ni tiene pantalla táctil, así que no podemos usarlo como tablet, pero que se abra tanto es de agradecer. En la bisagra también nos encontramos el único detalle del diseño que me ha llamado la atención, las letras "SWIFT" impresas.
La pantalla de 13,5 pulgadas está basada en tecnología IPS y como tal, los ángulos de visión son perfectos, y el tratamiento de los colores es decente. La resolución es muy buena para el tamaño, de 2256 x 1504 píxeles, y eso se traduce en una imagen nítida, algo que notaremos especialmente durante la lectura. También me ha gustado mucho que Acer haya dado el salto a la relación de aspecto 3:2; eso supone que esta pantalla es mucho más alta de lo habitual, lo que da más espacio a nuestros documentos y páginas web. Es una tendencia que cada vez más fabricantes están adoptando, para mi alegría.
La seguridad integrada de este dispositivo se queda en el lector de huellas dactilares; pero a diferencia de otros portátiles, aquí no está integrado en el botón de encendido. Así que tenemos que encender el portátil y a continuación, poner el dedo en el lector para desbloquear Windows.

El teclado es lo que menos me ha gustado; las teclas son pequeñas y el espacio que hay entre ellas, demasiado grande, por lo que da la sensación de que el espacio disponible se podría haber aprovechado mejor. El tacto de las teclas tampoco es bueno, y están tan duras que parece que estamos golpeando el chasis; no lo recomendaría para largas sesiones de escritura. La sensación del trackpad también es mejorable, pero al menos es todo lo grande que podía haber sido en este formato.
Potente y silencioso
Puede parecer que estoy siendo algo duro, pero hay buenos motivos por los que Acer no ha gastado tanto en esos pequeños detalles: para ofrecer un gran rendimiento a bajo precio. La unidad que he podido probar está basada en un Intel Core i7-1165G7 con 16 GB de memoria RAM, y la verdad es que está a la altura.
En todas mis pruebas el Acer Swift 3 ha conseguido buenas puntuaciones, y durante un uso real no he echado en falta más potencia; pero especialmente, me ha encantado que lo haya hecho sin hacer ruido. Sólo si pegamos la oreja al portátil escucharemos el 'quejido' del ventilador, pero por lo demás, podemos usarlo de noche sin molestar a nadie. Acer ha conseguido eso sin sacrificar demasiado la disipación de calor; eso significa que podemos usar el portátil en el regazo sin sufrir un calor excesivo en nuestras piernas, aunque probablemente en verano será menos recomendable.

Con una gráfica integrada Intel Iris Xe, este no es el portátil ideal para jugar, aunque podrá con títulos casuales y poco exigentes. Lo bueno es que, gracias a eso, este portátil pertenece a la plataforma Intel EVO, lo que garantiza una buena batería (hasta 10 horas en mis pruebas) y velocidad.
Difícil de vencer por este precio
El Acer Swift 3 no es el portátil más bonito ni el más avanzado, y hay detalles que realmente me gustaría que mejorasen, como el teclado o el diseño, pero me resulta difícil criticarlo más teniendo en cuenta que ha cumplido con todo lo que le he pedido; y lo mejor de todo, es que lo hace con un precio muy asequible.
La gama Swift 3 empieza a partir de los 799 euros, y la unidad que he podido probar cuesta 1.099,99 euros en tiendas como PcComponentes; eso es muy bajo para un procesador como este y un rendimiento como el que ha demostrado. Eso es razón más que suficiente para optar por uno de estos portátiles si queremos renovar.