
En un extraño intento de mejorar la moral de sus empleados, la oficina de Canon en Beijing ha instalado cámaras con Inteligencia Artificial, que niegan cualquier acción a menos que detecten una sonrisa en la cara.
Si esa historia se hubiese publicado en un medio satírico, sería criticada por burda y exagerada; pero es real, y no es nueva. Canon presentó esta tecnología el año pasado, pero pasó desapercibida en plena pandemia y la expansión del teletrabajo; ahora, los empleados de su subsidiaria en China, Canon Information Technology, están comprobando de primera mano los efectos sobre el trabajo.
Estos dispositivos son pequeñas pantallas con cámaras, que se instalan al lado de puertas, impresoras y en salas de reuniones; incluyen cinco funciones, entre las que se encuentra la identificación facial para dejar pasar a empleados autorizados en las zonas permitidas. Pero antes, tendrán que sonreír.
Si la cámara no detecta una sonrisa, mostrará un emoji en la parte superior izquierda en la que se anima a la persona a mostrar su alegría; sin importar su estado de ánimo real, por supuesto. Los empleados que no sonríen están seriamente limitados: no pueden imprimir documentos, programar una reunión, o entrar en ciertas salas. Por no poder, no pueden ni cambiar la temperatura de la habitación en el termostato.
Canon ha defendido la medida, afirmando que se basa en una cultura corporativa de "siempre estar moviéndose", y que fomenta los conceptos de "reír" y "gran salud". Quiere crear una "atmósfera positiva", porque considera que la mayoría de la gente no sonríe sólo porque "es demasiado tímida". En Canon parecen creer que si obligan a los empleados a sonreír, estos poco a poco mantendrán la sonrisa en la cara mejorando la oficina.

Cabe preguntarse si una sonrisa falsa, necesaria para poder cumplir una tarea tan básica como hacer una fotocopia, realmente sirve para cambiar la atmósfera a mejor. Pero plantearse eso sería no comprender el verdadero objetivo de estos dispositivos. En el fondo, este no es más que otro sistema de vigilancia para la oficina, en el que todas las acciones de los empleados están controladas; que les obliguen a sonreír es sólo otra manera de que sean conscientes de que están siendo vigilados, en vez de pasar una tarjeta.
Aunque este tipo de prácticas se está extendiendo a todo el mundo, es China la pionera en sistemas de vigilancia dentro de la oficina. Por lo pronto, no parece que Canon esté triunfando en su intento de mejorar el ambiente de la oficina; según Nikkei Asia, ya hay empleados que están usando la red social china Weibo para quejarse, si bien no de manera directa contra Canon. Un usuario afirma que "las compañías ya no sólo manipulan nuestro tiempo, también nuestras emociones".