
Realme ha sacado estos meses una serie de periféricos, entre los que sin duda destacan los auriculares inalámbricos, no solo por su precio sino por sus características, lo que nos deja gadgets de gran calidad por poco dinero. Hace unas semanas presentó los Realme Buds Q, unos auriculares diseñados por José Lévy (quien diseña también para Hermes) y que dan una vuelta al diseño habitual inspirado en los 'air pods' que suelen tener todas las marcas.
En una primera impresión nos encontramos con una funda de forma ovalada que se abre fácilmente (el diseño imita a un canto rodado). En el modelo que hemos podido probar en elEconomista es completamente negro con el nombre de la marca marcado de forma muy sutil (casi invisible). Tiene una sola luz led en la zona de la apertura que solo se ilumina durante la carga y en la parte posterior la entrada para un USB semiplano.
En el interior, los auriculares se colocan de una forma fácil y segura gracias al imantado tanto en los mismos como en la funda. Quizá lo más llamativo del conjunto es la ligereza, pues cada auricular pesa solo 3,4 gramos y ambos con el estuche pesan solo 35,4 gramos. Esta ligereza puede ser una ventaja (llevarlo en cualquier parte cómodamente) pero también una desventaja (mayor dificultad para encontrarlo en bolsos o mochilas).
El conductor del auricular es de 10 mm, con refuerzo dinámico de graves y con un diafragma compuesto de polímero especial de PEEK y PU premium. Como resultado, reproduce voces claras en frecuencias de rango medio y alto, así como graves potentes. Desde Realme señalan que el 'Dynamic Bass Boost' ofrece la misma experiencia que un concierto.
La batería que incorporan es de 40 mAh en cada auricular y de 400 mAh en el estuche, lo que según Realme se traduce en una escucha de 20 horas. Al hacer la prueba, la realidad es que se puede estar más de una semana sin cargar los auriculares si el uso es medio-bajo (un par de horas al día). La carga de cada auricular se puede ver tanto en la aplicación de Realme Link como en la sección de bluetooth del propio teléfono. Aunque la carga en teoría se realiza de forma habitual (con los auriculares dentro, se enchufa el estucha a la corriente), algunas veces ha dado fallos, al aparecer como descargados los auriculares y teniendo que sacarlos y volverlos a introducir en el estuche para que este los detecte y comiencen a cargarse por separado. No es un fallo habitual, pero da lugar a contratiempos, al tener que estar pendiente de si los auriculares se están cargando individualmente y podemos disponer de ellos cuando queramos.
La conexión no solo es instantánea, sino que, además, los sonidos para indicar si están conectados o no son perfectamente diferenciables. Pulsaciones continuas nos indican que no están conectados y que están buscando un dispositivo, mientras que un sonido suave nos indica que está conectado. Si están quedándose sin batería, también hay un indicativo sonoro que recuerda a una descarga. Es fácil cambiarlos de un dispositivo a otro para utilizarlos diariamente tanto en nuestro smartphone como en nuestro portátil u otro terminal.
Los Realme Buds Q se configuran a través de Realme Link. Si no lo hacemos, se quedarán por defecto los botones táctiles siguientes: dos toques, reproducir o pausar música o coger llamada; tres toques, pasar a la siguiente canción; mantener pulsado, finalizar llamada; y mantener presionados ambos lados, entrar y salir del modo de juego. También se puede seleccionar el modo de juego directamente desde la aplicación y, por supuesto, también tiene su propio aviso sonoro. Aunque la zona de los controles táctiles está claramente delimitada, ya que se trata de una zona plana que cubre el oído, en algunos momentos no detecta bien lo que se quiere hacer y tarda en llevar a cabo la orden táctil.
En cuanto a ergonomía, es difícil encontrar un defecto: son intuitivos, cómodos y adaptables gracias a las gomas de silicona intercambiables. Al contrario que el formato 'air pod', se trata de redondeles que cubren el oído y que dejan la parte táctil clara. Como sucede con este tipo de auriculares, una cuestión importante es si el agarre es suficiente para evitar caídas y la verdad es que la forma del propio auricular ayuda a ajustarlo y a dar la sensación de completo agarre. Además, con su certificación de resistencia al agua IPX4 se tiene la tranquilidad de que, aunque hagamos deporte con ellos o nos pille la lluvia, no se van a estropear.
En conjunto, los Realme Buds Q son una buena adquisición calidad-precio. Cuestan solo 29,99 euros en la página oficial de Realme y pueden ser una buena opción para cuando se requiere calidad sin ser muy exigentes y se prefiere un driver con goma para mayor comodidad y adaptación. Ahora bien, si somos más del mítico formato 'air pod' por razones de estética o comodidad y a la vez queremos un poco más de calidad, de entre los dispositivos de la marca puede valer más la pena adquirir los Realme Buds Air Neo (por solo diez euros más).