Tecnología

La aceleración de la digitalización integrada: una oportunidad en nuestra nueva realidad

  • Esta situación está generando un entorno fértil para la experimentación
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A medida que nos acercamos a la desescalada del confinamiento derivado de la crisis del Covid-19 en Europa, son muchas las empresas y partners que en estas últimas semanas se acercan a BICG, preguntando cómo va a ser la nueva realidad del trabajo y qué se debe hacer para salir reforzados de esta crisis.

Para nosotros esta nueva realidad no es, de hecho, nada nuevo. Llevamos más de 20 años estudiando y aplicando las formas más innovadoras de trabajo en cientos de empresas alrededor del mundo, avanzando en la dirección en la que se apunta ahora, y recientemente hemos desarrollado y publicado una extensa lista de 72 puntos que las organizaciones deben tener en cuenta a la hora de enfrentarse a este cambio.

Pero de esos puntos podemos destacar el papel de la tecnología ya que ha supuesto un acelerador sin precedentes para la digitalización del trabajo. Esta situación está generando un entorno fértil para la experimentación y para que las personas aprendan habilidades y adquieran nuevos hábitos con una rapidez sin precedentes. Esto también abre un amplio abanico de posibilidades sobre qué herramientas usar en un mundo híbrido en el que muchas de las tareas que hacíamos de manera tradicional, van a ser sustituidas por su versión digital. Y debemos analizar este cambio desde cuatro ámbitos:

El primer ámbito que se ha de tener en cuenta se refiere a las infraestructuras y herramientas disponibles y debe responder a varias preguntas como, entre otras, quién puede trabajar en remoto por su perfil hoy, quién podría hacerlo en el futuro y qué deberíamos cambiar para hacerlo posible.

El segundo ámbito, es el del uso de esas herramientas, especialmente en lo tocante a las aplicaciones de colaboración y comunicación a distancia. ¿contamos con las herramientas adecuadas?, ¿los usuarios conocen cuáles son las idóneas para cada tipo de interacción en equipo?, ¿necesitamos incorporar otras, a raíz de las nuevas necesidades identificadas, como por ejemplo, pizarras virtuales, kanbans digitales y programas de elaboración de documentos en equipo en tiempo real?

El tercer ámbito es el de la gestión de objetivos y tareas. El trabajo en remoto (y el liderazgo moderno), debe basarse en el compromiso, la responsabilidad y la confianza. Conocer y compartir de manera transparente el qué hacer, quién lo hace, con qué éxito y en qué tiempo es esencial. Y, de nuevo, la tecnología es un fiel aliado en este ámbito, aportando herramientas de seguimiento de objetivos y tareas de manera deslocalizada y compartida.

Por último y no menos importante, el cuarto ámbito es el de la tecnología al servicio de la digitalización de otros aspectos de la organización. Por ejemplo, la movilización de procesos con un alto componente presencial o documental, los entornos de conocimiento, la visualización de la información, sí como las herramientas de difusión de los mensajes y de participación de la plantilla en la información y comunicación interna.

De la respuesta a estas cuestiones depende, en gran medida, nuestra capacidad para aprovechar cualquier ventaja que podamos deducir de esta crisis, afianzarla y sostenerla en el futuro. Es el momento de reflexionar, identificar e impulsar todos los aspectos de esta nueva realidad para convertir esta crisis, en una oportunidad que nos haga mejores en el futuro.

Elaborado por Iñaki Lozano, CEO de BICG

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