
En un momento en el que sacar el mejor smartphone del mercado es casi una obligación, llegan retos nuevos para los fabricantes, quienes se han visto girando en la rueda del diseño sofisticado y la cuádruple cámara. Es el momento de mayor competitividad, según Emilio Álvarez, Country Manager España de la fabricante de teléfonos Realme. La marca, aunque aún lejos de iconos como Samsung o Apple, va dando pasos agigantados en el mundo de los smartphones y actualmente es la marca de más rápido crecimiento, con un 2,7% de la cuota de mercado. Recientemente, han decidido lanzar al mercado su primer teléfono 5G, un indicio de que están agarrándose al futuro inminente, y tienen mucho que decir sobre cuál es el futuro de los teléfonos móviles.
La serie 6 ha supuesto sacar al mercado tres dispositivos con características muy parecidas a las de sus principales competidores (cuatro cámaras, un procesador potente, un diseño muy cuidado, batería con una larga duración...) ¿en qué podríamos decir que se diferencian?
Nosotros lo que pretendemos siempre es ofrecer características de una gama superior. Por ejemplo, en el caso del Realme 6, tiene una pantalla de 90Hz, que es complicado encontrar en ese segmento de precio, o el 6i, que tiene una carga rápida a pesar de que es un terminal por debajo de los 200 euros. No somos los más baratos, pero sí los que más ofrecemos dentro de ese segmento de precio.
Ofrecer la mejor relación calidad-precio.
La calidad es una obligación, es una obsesión, la calidad la damos por hecho. Iría más en la relación experiencia-precio: en cada rango de precio, ofrecemos el modelo que mejor experiencia da al usuario a través de un nivel de especificaciones que hasta ese momento no era el que se podíamo esperar en ese rango de precio.
Y una vez conseguís que cada teléfono vuestro de "lo mejor de sí", ¿cuál es el siguiente paso? ¿Hacia dónde creéis que va a evolucionar la tecnología en los teléfonos? Ya ha llegado un punto en que las cámaras de los smartphones son increíbles, los teléfonos son muy grandes. ¿Quizá iremos derivando hacia los dispositivos que se doblan, o hacia teléfono más compactos?
El tema de las cámaras es un elemento fundamental y todavía queda mucho desarrollo y recorrido a ese nivel, sin dudarlo. Lo que marcará el sector los próximos meses y años es el desarrollo del 5G, que es cierto que va a ser una verdadera revolución. Nosotros ya hemos sacado el primero teléfono con la nueva conexión de red y va en la línea de intentar popularizar el terminal porque vamos a estar lanzando dispositivos 5G durante todo el año. Es una parte importante del negocio. Creo que las baterías tienen también recorrido. Y lo que comentabas de otro tipo de formatos, yo creo que eso va a ser bastante más gradual, hay que abstraerse primero de la espectacularidad del formato y ver más si en lo que se trata de software puede tratarse de un teléfono masivo y atractivo para el cliente. Yo creo que esas van a ser un poco las líneas para los próximos meses.
"Este es el momento de mayor complejidad y mayor competitividad en el sector de la telefonía."
¿Y, por ejemplo, respecto a la memoria RAM o al procesador? Porque ya podemos ver teléfonos que tienen más memoria RAM que muchos ordenadores de gran calidad. ¿Al final vamos a tener móviles más potentes que cualquier ordenador?
Bueno, yo creo que eso ya casi es así, los procesadores que se usan en teléfonos tienen una potencia que supera a la de un portátil medio. Y respecto a la memoria, hablamos de teléfonos con 12 GB, que es lo que tiene por ejemplo el portátil que yo tengo ahora mismo en la mesa. Hay otros componentes del portátil que determinan la diferencia de precio, pero en cuanto a potencia de procesamiento superan los teléfonos. Y el recorrido es seguir hacia arriba, al final estoy seguro de que todos usamos el teléfono más que el portátil a lo largo del año y el peso de las tareas que hacemos con un terminal móvil es cada vez mayor. Esto, de nuevo, se va a ver con la llegada del 5G, porque para esta red necesitamos terminales muchísimo más potentes que los actuales porque vamos a poder hacer muchas más cosas, como ver películas en 4K y otras funciones que requieren mayor capacidad de procesamiento y más memoria.
La realidad es que la evolución va muy rápido, tu coges ahora un terminal de cualquier marca que se lanzara hace un año y las diferencias con los que se sacan ahora son tremendas. Eso es lo interesante también de la tecnología.
Los fabricantes están poniendo mucho esfuerzo en que sus últimos terminales sean buenos para jugar (mejores procesadores, buenas pantallas, altas tasas de refresco, etc.) pero la realidad es que la mayor parte de la gente juega a videojuegos en ordenador o en consolas. ¿Podrían los teléfonos llegar a convertirse en un dispositivo especializado para videojuegos?
Yo creo que tenemos que verlo, no como un dispositivo independiente, sino como una extensión más del juego que se está desarrollando en un ordenador. Pero se aplica a más cosas, por ejemplo, a estar viendo una serie en una 'smart TV' y tener que moverte y continuar viendo la serie en el móvil. Yo creo que es un poco el concepto por el que están apostando las desarrolladoras de videojuegos a nivel mundial, que el terminal suponga una extensión más del videojuego. Y para eso la experiencia tiene que estar al mismo nivel que la que disfrutamos en el ordenador o en la consola. De esta forma, el juego se ha convertido en una de las cuestiones más demandadas de un dispositivo y, por tanto, la tecnología y el desarrollo y la capacidad de los procesadores y de las pantallas tienen que estar a la altura para responder de esa experiencia.
¿Está participando Realme, de alguna forma, en la instalación de redes 5G? Ya habéis sacado vuestro primer modelo, aunque aún no se puede disfrutar plenamente de lo que ofrece esta nueva red, ¿es un poco pronto para estos dispositivos o la gente ya está optando por ir, como quien dice, a la última?
No intervenimos en la instalación de redes, aunque interaccionamos con la red y hay colaboración con operadores, pero solo creamos los dispositivos. ¿Es demasiado pronto? El 5G es imparable pero gradual. El salto es sorprendente, es alucinante. Al final el destino de las redes va a determinar cómo se van a desarrollar de rápido los terminales 5G. Pero yo los principales operadores en España están trabajando en un despliegue continuo y yo creo que estamos hablando de un escenario temporal bastante corto. En China, el año pasado, comercializábamos terminales 4G y este año es 100% 5G y esa va a ser la tónica que reine en Europa. Es imparable, aunque la situación actual con el coronavirus puede retrasar la instalación de las redes. El peso del 5G en cualquier fabricante va a ser cada vez mayor y los precios irán bajando, lo que permitirá que se popularice.
"El coronavirus ha supuesto muchos problemas con la logística."
Para Realme como marca, que está cerca de alcanzar a grandes como Apple o Samsung pero que aún no es plenamente conocida, ¿cuál dirías que es el mayor miedo o reto y la mayor fortaleza?
No me gusta hablar de miedos. Yo llevo muchos años en este mercado y te diría que este es el momento de mayor complejidad y mayor competitividad en el mercado de la telefonía. Es un mercado muy difícil y, afortunadamente, nosotros, prácticamente siete meses desde que estamos presentes en el mercado español, hemos conseguido muy poco en muy poco tiempo. No tenemos los recursos de otras grandes marcas a nivel de marketing y tiramos más de redes sociales porque nuestro público es joven. El plan es ir creciendo cada vez más. La media del gasto en teléfonos en España está entre 200 y 300 euros y ahí la propuesta de Realme es muy fuerte.
Como hemos comentado antes, algo que se ve en seguida ahora es que todos los terminales son ahora muy parecidos, tanto por dentro como por fuera. ¿Cómo funciona el proceso? ¿Todas las marcas os fijáis en alguien pionero o más bien miran todos lo que hacen todos?
Es una mezcla. Evidentemente, como cualquier industria, todos miramos lo que otros competidores hacen y te adaptas. Al final la clave de todo esto es el desarrollo tecnológico de las propias compañías. El proceso de creación de un producto es un arte, es muy complejo e intervienen muchas partes de la empresa. En el formato hay poca innovación. Las posibilidades son las que son y tratamos de presentar cada vez algún tipo de mejora. Queremos convertirnos en pioneros, en un grupo que marque tendencia de forma global.
¿Cómo ha afectado el coronavirus a la marca?
El desafío es con la logística. En los inicios de la pandemia sí se cerraron las fábricas de China, pero no nos afectó en exceso. Desde hace algunas semanas están funcionando normalmente y ahora el problema viene con los vuelos desde China, con la disponibilidad y con los precios del transporte, que se han encarecido.