El martes, las autoridades de la India decretaron el confinamiento de sus 1.300 millones de habitantes durante 21 días debido a la propagación del COVID-19 por el país, que ya cuenta con alrededor de 500 personas infectadas.
Como consecuencia, numerosas industrias han paralizado sus actividades de producción, entre ellas los fabricantes de teléfonos como Xiaomi, Samsung o LG, que han ido decretando el cierre de sus fábricas por diferentes periodos de tiempo.
Ayer fueron Samsung, Vivo, Oppo y LG quienes dijeron que echarán la persiana en sus fábricas del país asiático. Samsung dijo que está en proceso de suspender la producción en su fábrica de Noida, que es la instalación de fabricación móvil más grande del mundo, hasta el 25 de marzo.
Según un informe del Economic Times, los fabricantes de teléfonos chinos Oppo y Vivo también cerrarán sus instalaciones hasta el 25 de marzo. LG dijo que está pausando temporalmente la producción en sus dos fábricas del país hasta final de mes y Xiaomi también se unió al lote y dijo que seguirá las órdenes de las autoridades indias: "Cada instalación, como la oficina corporativa, el almacén, el centro de servicio, Mi Home y la planta de fabricación, acatará las órdenes de cierre. Mientras tanto, vigilaremos atentamente la situación durante todo el día."
Motorola, propiedad de Lenovo, también está cerrando sus plantas, pero la duración del cierre no está clara en este momento.
Al igual que la mayoría de industrias, el mercado de teléfonos inteligentes está experimentando una caída, del 38% en este caso, en los envíos, según informa el diario de tecnología The Next Web. La situación actual tendrá un claro impacto en los ingresos y en las exportaciones, aunque habrá que ver en qué cifras se traduce esto.