
Spotify ha anunciado que suspenderá la venta de publicidad política en su plataforma desde principios de 2020. El servicio de música por streaming más popular del mundo, con 141 millones de usuarios, solo acepta publicidad política en Estados Unidos, algo que ahora va a cambiar de cara a las elecciones de noviembre de este año. Se desconoce cuál es la cantidad que Spotify gana gracias a este tipo de anuncios, que en plataformas como Facebook son su principal fuente de ingresos.
¿Qué está pasando con los anuncios políticos en plataformas de streaming y en redes sociales? La presión que reciben de cara a evitar las denominadas fake news ha llevado a algunas multinacionales de este ámbito a restringir o a revisar de forma más exhaustiva el tipo de contenido político (y de otros tipos) que se publica en sus plataformas.
El pasado mes de noviembre Twitter anunció que sería más restrictivo con los anuncios políticos, una medida tomada justo antes de las elecciones de Reino Unido llevadas a cabo el 12 de diciembre. La ventaja de esta red social es la posibilidad que ofrece a anunciantes pequeños y con poco presupuesto de llegar a la gente igual que los anunciantes grandes.
Google, dentro del cual se incluye la plataforma de vídeos YouTube, también anunció este tipo de medidas, mientras que Facebook se niega a restringir los anuncios políticos, que suponen su mayor vía de ingresos, y, aunque sí revisan el contenido de los anuncios políticos, no comprueban su veracidad.
Las redes sociales han sido y son una herramienta importante actualmente para el lanzamiento de mensajes políticos. Para Donald Trump, los mensajes políticos lanzados en Facebook en 2016 fueron muy importantes para llegar a poblaciones pequeñas. El actual presidente de los Estados Unidos usa Twitter como una vía para comunicarse directamente con sus electores y con la ciudadanía, obviando el paso de comunicar sus decisiones a los medios de comunicación y convirtiendo su perfil en una sala de prensa.
En España, los partidos pequeños y emergentes también han visto en redes sociales una forma más barata de llegar a sus electores y menos sesgada que la televisión, cuyo acceso suele quedar restringido a partidos grandes y con importante representación parlamentaria.
El aumento de las restricciones y la negativa de algunas plataformas de incluir anuncios políticos nos lleva a pensar en qué va a pasar con la publicidad de este tipo en internet. Si bien el camino a recorrer pasa, como están señalando estas entidades, por evitar información que incluye afirmaciones falsas, puede que el futuro de los anuncios políticos no esté en las redes y los políticos tengan que hacer uso exclusivo de sus cuentas personales y de partido como medio para llegar a los usuarios.