Seguro que recuerdan las imágenes de estadios de fútbol y auditorios repletos de gente en aquellos maravillosos conciertos de The Beatles por los años '60 y '70 con John Lennon y George Harrison a la guitarra, Paul McCartney al bajo y Ringo Starr a la batería y la pandereta. Si por aquel entonces les dijéramos a sus fans que unos años más tarde un tipo llamado David Guetta con tan solo una mesa de mezclas y sin ningún tipo de instrumento podría hacer música - electrónica - y llenar los mismos estadios y auditorios, ¿qué pensarían? Quizá este ejemplo sirva para entender que la sociedad cambia rápidamente y con ello nuestros gustos y hábitos, dentro de los cuales se encuentra la afición por los videojuegos. Una afición que está dando lugar a los eSports frente a los deportes tradicionales.
El crecimiento de esta industria parece imparable, circunstancia que ha llamado la atención de los principales organizadores de eventos deportivos del mundo. Ya son varias las Ligas que en mayor o menor medida han dado a conocer la creación de Ligas de eSports: la NHL, la NBA o La Ligue 1 francesa. Y otras como la Bundesliga alemana y la Premier League trabajan ya en crear sus propias competiciones de cara a un futuro cercano.
Los protagonistas de los eSports son fundamentalmente los clubes y los jugadores, y precisamente estos últimos están alcanzando cuotas de popularidad similares a las estrellas de fútbol o de la NBA, fundamentalmente en países como Corea del Sur o EEUU.
Los gamers - como así se llaman a los jugadores de eSports- compiten en favor de un club, dentro de una disciplina de equipo, cuentan con un alto grado de profesionalización, de dedicación y entrenamiento, tienen una gran exigencia y disponen equipos técnicos que les ayudan a crecer en sus carreras profesionales como entrenadores, analistas, preparadores físicos... Y por supuesto son retribuidos por ello.
¿Pueden ser deportistas profesionales?
En consecuencia estos son ya considerados jugadores profesionales. Pero, ¿se pueden considerar deportistas profesionales?
Clubes y jugadores suelen formalizar su relación contractual mediante contratos mercantiles, sin embargo en la realidad en la prestación de servicios de los gamers concurren todas y cada una de las notas que define a una relación laboral:dependencia, voluntariedad, retribución, ajenidad y regularidad. Es decir, los gamers tienen que cumplir con una serie de obligaciones propias de una actividad laboral, entre otras cumplir con las horas de entrenamiento determinadas, acatar la disciplina interna del club, utilizar la equipación y recursos aportados por el club, atender a las instrucciones e indicaciones del cuerpo técnico, etc.
Por tanto, puede afirmarse que son jugadores profesionales, cosa distinta es que puedan ser o no considerados como deportistas profesionales. Una circunstancia que a día de hoy no sería posible conforme a una legislación que define al deportista profesional como "el que de forma regular y voluntaria se dedica a la práctica del deporte por cuenta y dentro del ámbito de organización y dirección de un club o entidad deportiva a cambio de una retribución".
Dentro de esta definición los puntos en conflicto serían por un lado "la práctica del deporte" en la medida que los eSports no están reconocidos como modalidad deportiva. Eso sí, este requisito podría salvarse gracias a la interpretación amplia del concepto "práctica deportiva" que han hecho los tribunales en los últimos años, considerando cumplido este requisito en el caso de entrenadores, segundos entrenadores, coordinadores técnicos, etc.
Más difícil de cumplir sería la realización de esta práctica deportiva "dentro del ámbito de organización y dirección de un club o entidad deportiva" en la medida que conforme a la legislación vigente se entienden como clubes deportivos los clubes básicos, elementales, así como la sociedades anónimas deportivas, etc formas jurídicas que por lo general no están presentes actualmente en los clubes de eSports.