Blizzard, una de las mayores referencias en el mundo de los videojuegos estos últimos 25 años, ha estrenado su primera licencia original tras 17 años viviendo al abrigo de sus tres pilares fundamentales: WarCraft, StarCraft y Diablo.
Apoyándose en su buen hacer, su prestigio entre los jugadores y el soporte total a sus productos -que aseguran muchos años de diversión-, Blizzard se ha convertido en uno de los estudios más respetados en el mundo del PC, trabajando en las últimas décadas tan solo con tres propiedades intelectuales diferentes, pero sabiendo renovarlas y mantenerlas frescas como el primer día.
Fue en 2014 con el anuncio de Overwatch, cuando Blizzard por fin dio un paso al frente, apostando por expandirse a otros géneros todavía no explorados y creando un nuevo universo alejado de la fantasía medieval o espacial a la que nos tenían acostumbrados. Overwatch es la oportunidad del estudio de optar por su trozo de pastel en el género de los disparos multijugador, cuyo techo de popularidad parece no tener fin. La apuesta de Blizzard por el género sin embargo dista enormemente de la de otros exponentes como Call of Duty, Halo o Battlefield, buscando llegar a un abanico de jugadores más amplio.
El punto de partida de Overwatch en cuanto a juego de disparos contiene mucho de la filosofía de la compañía: fácil de jugar, pero difícil de dominar. Esto quiere decir que tanto los veteranos de los shooters como los novatos menos experimentados encontrarán su sitio fácilmente, y esto es gracias a los 21 héroes disponibles desde el lanzamiento del juego, que forman un elenco realmente bien balanceado. Overwatch permite al jugador elegir el papel que quiere desempeñar en combate, haciendo un guiño a los juego MMO y MOBA, y proponiéndonos elegir clases centradas en el daño, en el apoyo, la sanación o el aguante en primera línea de batalla.
Esta variedad de roles a desempeñar en las partidas deja claro que en Overwatch, a diferencia de otros juegos de disparos multijugador, no vale hacer la guerra por nuestra cuenta, y es que lo nuevo de Blizzard ha sido diseñado para que impere la cooperación. En enfrentamientos de un equipo contra otro, no hay demasiado espacio para los jugadores solitarios, sino para los grupos bien unidos, donde cada uno tenga bien claro su papel en combate. Cada uno de los 21 héroes nos ofrece algo distinto, con habilidades únicas, por lo que aquellos que sepan identificar las necesidades de su equipo y cambiar de héroe cuando la situación lo requiera, serán los más valiosos.
Pensando en los eSports
Blizzard ha desarrollado Overwatch con un claro enfoque en los eSports. Conociendo el potencial que tienen algunas de sus licencias, como StarCraft, Hearthstone o Heroes of the Storm, no sería de extrañar que Overwatch comenzara a llenar estadios de espectadores en los próximos años. Expectación a su alrededor no falta, y es que la beta pública del shooter ha logrado congregar a casi 10 millones de jugadores que han participado en todo el mundo.
Una de las claves, el salto de la nueva licencia no solo a PC, sino también a las consolas de nueva generación (PS4 y Xbox One), donde encontramos a una inmensa comunidad de amantes de los shooters.
Se trata del primer lanzamiento de Blizzard que llega simultáneamente tanto a consolas como a PC, dejando atrás esa imagen de compañía tan ligada al mundo de los ordenadores que hemos tenido siempre.