
Xbox 360 se nos va dejando tras de sí incontables horas de juego de gran calidad, con un concepto de consola que revolucionó el juego online, antes más propio de PC, y cumplió los sueños de Microsoft de consolidarse en el sector de los videojuegos.
Diez años después de su lanzamiento, la compañía deja de fabricar más unidades de la que es la consola más exitosa de su historia y cuyo récord de ventas (más de 85 millones) parece inalcanzable por su sucesora: Xbox One. ¿Qué la hacía tan especial? ¿Cómo consiguió convencer a los jugadores tradicionales de PlayStation?
Su apuesta por el juego online en consola. Microsoft contaba con gran experiencia en el juego multijugador en red para consolas con la Xbox original, conocimientos que propulsaron el éxito más tarde del programa Xbox Live en 360. El servicio de juego online de la competencia era incomparable al de Microsoft, que apostó por una suscripción mensual para poder ofrecer el mejor servicio y red de servidores. Es el gran motivo por el aquellos deseosos de jugar con sus amigos lo tuvieron claro a la hora de elegir consola.
Acuerdos con grandes compañías. Aunque ya en los años de Xbox 360 la tendencia de los grandes lanzamientos de videojuegos era llegar a todas las plataformas posibles (para así penetrar más en el mercado), Microsoft cosechó grandes alianzas con compañías como Electronic Arts o Activision, que dieron muchos frutos. El más importante de todos ellos, la exclusividad temporal de contenidos descargables de Call of Duty, un fenómeno en consolas que creció como la espuma junto a Xbox 360, donde se generó una enorme comunidad (que a día de hoy está emigrando a PlayStation 4). Por otro lado el acuerdo de colaboración con EA, permitió a Microsoft ligar su consola a las licencias deportivas más multimillonarias, como FIFA o Madden, además de retener por un tiempo la popular licencia 'Mass Effect'.
Una consola para el público occidental. El enfoque de Xbox 360 era claro: apostar al máximo por los juegos de acción, para los que era perfecto su mando con gatillo; lo cierto es que la idea logró encandilar a los jugadores europeos, y sobre todo norteamericanos, donde la consola arrasó en ventas. Además del éxito del mencionado Call of Duty, otras grandes licencias como Halo y Gears of War ayudaron a completar la oferta de disparos, siendo además exclusivas de Xbox. Sin embargo, Microsoft hizo enormes esfuerzos por darle un toque nipón a su catálogo, aliándose con grandes estudios japoneses, que lanzaron exclusividades de peso, como Lost Odyssey o Blue Dragon.
Un precio competitivo y un diseño atractivo. Microsoft supo que para competir en condiciones con Sony y su PlayStation 3, tenían que lograr un buen precio de lanzamiento. La compañía puso a la venta Xbox 360 a través de dos configuraciones diferentes, una por 300 y otra por 400 euros, lo que le permitió adelantarse a su competencia, que llegaría un año después. El resto lo hizo Sony, lanzando su PS3 con un precio desorbitado (500 y 600 euros, dependiendo del modelo). Además, Microsoft intentó mantener siempre su consola a la última, renovando diseños, proporciones, fiabilidad y refrigeración, acabando así con el famoso problema de las "luces rojas" que trajo de cabeza a la compañía en los primeros años.
Todas las facilidades para trabajar con ella. Microsoft apostó por al arquitectura x86, más propia de los PC, lo que consiguió que los programadores de videojuegos se sintieran como en casa a la hora de trabajar con ella. Esto cristalizó en versiones de los mismos juegos notablemente mejores que las de su competencia, PS3, que apostó por un chip que daba muchos dolores de cabeza.
Estos son solo algunos de los logros que situaron a Microsoft y a su Xbox 360 como las grandes revelaciones de la generación pasada, un éxito comercial que hoy se les ha escapado de las manos con Xbox One, consola prisionera de algunas decisiones comerciales y de comunicación más que dudosas en su lanzamiento.