Puede que morir una y otra vez no sea a priori la forma más divertida que se nos ocurre para pasar nuestro tiempo libre con un videojuego. El ocio electrónico ha abierto el abanico enormemente en los últimos años a millones de jugadores nuevos, lo que lo ha convertido en un hobby de masas, y eso ha conllevado inevitablemente a que los juegos de hoy en día sean notablemente más fáciles que los de antaño.
Con las limitaciones técnicas de las consolas y ordenadores antiguos, los desarrolladores de videojuegos siempre tenían en mente como hacer que un juego entretuviera lo máximo posible las horas de los jugadores apelando a su habilidad y no a la duración (sencillamente no había espacio suficiente)
En los tiempos actuales, los juegos son grandes super producciones que buscan entretener al jugador con experiencias repletas de contenido, pero que se ven obligados a bajar radicalmente la dificultad para que el jugador medio no se frustre. Este hecho es uno de los grandes hándicaps de esta industria; la carencia de verdaderos retos da como resultado muchos jugadores "huérfanos" en busca de una verdadera satisfacción. Para dar solución a estos problemas existen estudios como el japonés From Software, que hace unos días ha presentado a la prensa en la ciudad alemana de Hamburgo su última y esperada obra: Dark Souls 3.
La tercera entrega de esta saga de culto propone una fórmula devastadora: mapas laberínticos donde enfrentarnos a enemigos temibles y astutos que pueden acabar con nosotros con un par de espadazos (y si no lo hacen ellos, lo hará la colección de jefes gigantescos que nos espera); todo con una ambientación medieval y una historia contada a través de información con cuentagotas. ¿Dónde está la gracia? En que el jugador supere sus propios límites y aprenda dejándose moldear por el juego, que no tolera la impaciencia y la castiga sin dudar.
En los elaborados escenarios gigantes de Dark Souls 3 no hay puntos de guardado, más allá de varias hogueras contadas, pero si decidimos descansar en ellas, devolveremos a la vida a todos los enemigos. Con un panorama desolador como este cada pequeño triunfo es una gran victoria que saborear, como una puerta abierta que conecta a una zona nueva o un imponente jefe final que besa la lona al décimo intento. Toda una experiencia que el próximo mes de abril vuelve para cerrar una trilogía clave para entender los videojuegos en la última década.
Pocas sagas pueden hacernos perder tanto la paciencia como Dark Souls, algo que precisamente sus fans buscan con cada entrega. Esta tercera entrega es especial por los tintes de despedida que marcan su lanzamiento y por el gran interés que los jugadores han mostrado tras el gran éxito de Bloodborne en 2015. El juego de cazadores de From Software, exclusivo de PlayStation 4, guarda grandes similitures con Dark Souls, y su éxito ha hecho a muchos nuevos llegados mirar hacia la otra gran saga del estudio japonés y probar suerte. El nuevo lanzamiento se espera recoja los frutos de este interés creciente de la comunidad y atraiga a nuevos jugadores, a los que les espera una dura prueba por delante.
En un sector cada vez más de masas como son los videojuegos, parece que las propuestas accesibles no son incompatibles con los grandes retos, y de eso From Software sabe más que nadie. Tras el lanzamiento de Dark Souls 3, el estudio liderado por Hidetaka Miyazaki, dará una nueva vuelta de tuerca a su trabajo, tras comentar en 2015 que buscan trabajar "con nuevos contextos" como la ciencia ficción, y que esta entrega marcaría un antes y un después en la serie.