
Con Fairphone 1 vendieron más de 60.000 unidades, y con su segundo modelo llevan 35.000. No comercializan última tecnología, sino que luchan contra la obsolescencia programada y la falta de ética en la producción. Fairphone forma parte de ese reducido grupo de empresas definidas como "sociales".
Así, surgió a raíz de una campaña de sensibilización sobre los materiales en conflicto que se usan en la electrónica y proceden, principalmente, de la República Democrática del Congo. Con la idea de convertirse en empresa, en 2013, el español Miquel Ballester se suma como cofundador a este proyecto, encabezado por el holandés Bas Van Abel.
Para conseguir que el teléfono fuera totalmente sostenible, era preciso conocer el funcionamiento desde la fabricación y buscar proveedores con los mismos principios: "queríamos investigar la cadena de suministros para cambiar el sistema desde dentro", explica Ballester. De esta forma surgió Fairphone 1, un móvil con una durabilidad superior a los dos años de la media del mercado y que ha roto por completo las leyes establecidas en la telefonía.
"Ofrecer lo último en hardware va a cambiar, ya que un 20 por ciento de los consumidores compra siguiendo criterios medioambientales. Longevidad y reparabilidad están más extendidas que compra ética", comenta.
Reparación por módulos
Tal ha sido el éxito de este producto que, recientemente, han lanzado al mercado Fairphone 2, un móvil que dura de media cinco años y cuya estructura está formada por módulos, lo que permite que las reparaciones sean fáciles y su coste no esté por encima del valor del aparato. "Muchas de sus piezas están en módulos, como la pantalla, que se puede cambiar en 10 segundos", indica Ballester, quien asegura que aún están añadiendo nuevas funcionalidades, como una carcasa inteligente que permitirá realizar pagos a través de la tecnología de comunicación inalámbrica NFC.
Pero ética y rentabilidad son conceptos que no están reñidos y el cofundador asegura que la compañía da beneficios. Para este año se han marcado como objetivo vender 100.000 teléfonos a un precio de 525 euros. En España aún no están presentes físicamente, pero no descartan estarlo. Además, la compañía apuesta por un gran cambio en el sector en un futuro, donde el mercado de segunda mano tendrá más importancia a la hora de dar una segunda vida a los móviles e incluso los usuarios optarán por la fórmula del leasing al adquirir móviles.