Eugenio M. Recio
- 17/04/2015, 08:41
Las expectativas que creó la nueva política monetaria iniciada por el BCE el 9 de marzo no deben engañarnos. La expansión monetaria (QE), realizada a través de la compra de deuda pública y privada en el mercado secundario por un volumen de 60.000 millones de euros mensuales hasta al menos septiembre de 2016 si la inflación se acerca al 2%, puede impulsar un aumento a corto plazo de la demanda interior y reanimar así la actividad empresarial con incrementos de producción, que pueden necesitar más empleo, dando lugar de nuevo a más demanda e inversión.