
Conocida también como Le Puglie, la región del sur de Italia es una tierra plural, un lugar que encierra distintas almas, entre naturaleza, historia, tradición, sabor y espiritualidad, y que se puede visitar doce meses al año gracias al maravilloso clima mediterráneo.
Lea también: Desmontando a Venecia, la bella ciudad sin encanto: maldito turismo
Lea también: Palermo, una ciudad sucia, de srilankeses y con uno de los cascos antiguos más grandes de Europa
El tacón de la bota
Esta región costera se extiende a lo largo del conocido tacón de la bota de la península itálica, donde el mar se alarga con playas para todos los gustos, desde las arenosas Torre dell'Orso y Porto Cesario al cabo de Santa María de Leuca o el canal de Otranto, punto en el que se encuentran y se funden el mar Jónico y el Adriático. La naturaleza también es protagonista gracias al Parque Nacional de Gargano y en el de Murge, además de la reserva marina de Torre Guaceto, los profundos barrancos de Laterza y los grandes sumideros de Altamura, que, con sus paisajes evocadores, caracterizan el interior de la región. San Domino, San Nicola, Capraia, Cretaccio y Pianosa son las cinco islas del archipiélago Tremiti, donde se encuentra un maravilloso paisaje de aguas cristalinas.

Para aquellos que quieran hacer un viaje en la historia, Apulia ofrece una amplia gama de sitios que hablan de los orígenes antiguos de esta tierra. Una etapa inevitable es San Giovanni Rotondo (Foggia), donde visitar el convento capuchino de Santa Maria delle Grazie. En la ciudad de Andria se encuentra el Castel del Monte, obra maestra de la arquitectura medieval construida en el siglo XIII que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Bari, capital de Apulia
La capital de esta región, Bari, se sitúa en una fértil llanura costera y cuenta con un importante puerto turístico y comercial.
Entre sus enclaves importantes se encuentra Alberobello, patria de los trulli: pintorescas casas de piedra y techo cónico construidas a mano sin argamasa, únicas en su tipo en ser incluidas también en la lista Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. En la costa, se encuentra el antiguo pueblo de Polignano, sobre un acantilado con vistas al mar y lleno de cuevas y cavidades naturales; y Monopoli, con uno de los mares más hermosos de la provincia, antiguas granjas, villas y restos rupestres. En Murgia de los pastores, está Altamura, conocida por su pan Denominación de Origen.
En cuanto a la ciudad de Bari, en la parte vieja se encuentra el majestuoso castillo construido por Federico II. Pero el espléndido ejemplo de la arquitectura románica de Apulia es la Basílica de San Nicolás, que guarda los restos del Santo. La segunda iglesia más importante es la Catedral, con una alta torre campanaria construida sobre edificios antiguos. La nueva ciudad está atravesada por las principales calles comerciales como Corso Cavour, donde se encuentra el famoso Teatro Petruzzelli, el templo de la ópera.
La gastronomía
Descrita como pobre, por la sencillez de sus ingredientes, la cocina de Apulia tiene tres puntos fuertes: trigo duro, verduras y aceite, que junto con la carne y el pescado dan color a unos platos originales. Pero es sobre todo la combinación de pasta y verduras la que sorprende, como el salteado de col, el tocino frito y los spaguetis con alubias, tomates y cacioricotta.