Sociedad

Así es Spiriman, el médico youtuber de Granada que ha revolucionado el sistema español de salud con críticas desde dentro

  • Sus vídeos y publicaciones críticas son una auténtica revolución
  • Su última polémica, asegurar que "hay médicos que son unos mierdas"

Se llama Jesús Candel, tiene 42 años y ejerce como médico de urgencias en Granada. Hasta aquí, nada más allá de la descripción de uno más de los miles de profesionales facultativos que ejercen en España. Pero en los últimos meses, ha ganado una especial relevancia por su presencia en diversas plataformas de Internet y por sus incisivas opiniones.

Candel comenzó a ganar notoriedad durante las protestas contra la fusión hospitalaria en Granada en el año 2012. Protagonizó manifestaciones, acumuló denuncias, fue alzado a hombros por sus compañeros en las calles y se ganó algún que otro expediente sancionador. Sin embargo, su mayor empujón público llegó recientemente, gracias a su cada vez más popular canal de YouTube, en el que se identifica como Spiriman, como si de un superhéroe se tratase.

Spiriman comenzó a subir vídeos en primera persona relatando las deficiencias del Sistema Andaluz de Salud, y por extensión, del Sistema Nacional de Salud, protagonizando fuertes críticas a los distintos estamentos, desde los poderes políticos (con especial incidencia en la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz) hasta sus propios compañeros, pasando por los sindicatos, de los que afirma que "están vendidos".

Recientemente, Spiriman aseguró en uno de sus videos que "hay médicos en España que son unos auténticos mierdas" debido a una mala atención sufrida previamente por una de sus pacientes. Utilizando un lenguaje en ocasiones hiriente, nunca deja títere con cabeza.

Candel ha llegado a sufrir hace apenas unas semanas una inhabilitación de 30 días por parte del Colegio de Médicos de Granada a causa de los insultos proferidos en uno de sus vídeos contra una compañera de su propio servicio de urgencias, y la institución colegial estimó que había protagonizado una infracción del código deontológico.

Incómodo para el sistema, el galeno denuncia haber sido objeto de extorsiones hasta el punto de ver cómo se enviaban matones a su consulta para efectuarle amenazas.

Spiriman, sin embargo, no pretende callarse. Sus seguidores se acumulan ya por miles (cerca de 24.000 en YouTube, más de 27.000 en Twitter y más de 270.000 en Facebook) y sus protestas logran cada vez una mayor difusión. De momento ya ha conseguido algunas de sus reivindicaciones. Y pretende que la lucha continúe, con su peculiar estilo, para lograr hitos mayores.

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