Sociedad

Tragados por la tierra: los casos más extraños de personas desaparecidas

En el sentido de las agujas del reloj: Yeremi Vargas, Madeleine McCann, David Guerrero, Sonia Iglesias y Juan Pedro Martínez.

La desaparición de la joven madrileña Diana Quer está marcada por una ausencia de pistas relevantes que puedan apuntar a su paradero o incluso a sus últimos movimientos en la noche en la que no regresó. Mientras que los agentes que investigan este caso que ha conmocionado a la sociedad española realizan nuevas batidas en busca del rastro de Diana, recordamos las historias de las desapariciones más extrañas que impactaron de modo asombroso en la Península, y que siguen sin respuestas.

Sonia Iglesias (agosto de 2010, Pontevedra)

Han pasado seis años de su desaparición, y sigue sin haber pista alguna. Su rastro se pierde por la mañana, a plena luz del día, en una de las calles más comerciales de Pontevedra. La mujer de 38 años trabajaba en un comercio y nunca apareció, dejando atrás a su hijo de 9 años. Los tribunales acabaron por archivar la causa por falta de pruebas. Su exmarido emergió como el principal sospechoso de la desaparición, pero nunca existieron indicios de que fuese el responsable. Durante meses, Sonia fue buscada en bosques, montes y en los alrededores de ríos y lagos, pero nunca apareció. El caso conmocionó a la sociedad gallega y a día de hoy, todavía se ven carteles con su fotografía en las calles de Pontevedra.

Yeremi Vargas (marzo de 2007, Vecindario, Gran Canaria)

El menor de 7 años desapareció también a plena luz del día, mientras jugaba en un descampado cercano a su casa junto a otros niños. Desde hace nueve años, un equipo de la Guardia Civil investiga lo sucedido, y la confirmación de una pista acerca de un Renault blanco visto en la zona ha llevado recientemente hasta un sospechoso de la desaparición: un vecino de la localidad que se mudó a otro municipio y que actualmente cumple condena por abuso a menores. 'Juan el Rubio', como es conocido popularmente, fue un testigo clave en el caso, asegurando ante la Policía que tenía muchos datos que aportar, pero los agentes no acabaron por encontrar indicios que incriminaran al hombre de 56 años.

David Guerrero (abril de 1987, Málaga)

Otro caso sin explicación la supuso la del niño prodigio de la pintura, David Guerrero. Desapareció sin dejar rastro alguno cuando tenía 13 años y acudía al centro de Málaga, a la galería La Maison, donde participaba en una exposición sobre la Semana Santa. Había pintado un óleo con el rostro de Jesucristo, que se cotizaba a 60.000 de las antiguas pesetas. Ningún conductor recuerda haber visto a ese niño en las líneas que condujeron ese día, tampoco en las cercanías de la galería, ni al salir de su casa. Se lo tragó la tierra. En treinta años, la investigación tomó giros importantes cuando una pareja aseguró haber visto a David Guerrero en Lisboa, donde se pensó que podía estar siendo explotado.El indicio acabó en una vía muerta.

También fue hallado un escrito con su nombre en un hotel, y el hombre que se hospedaba en esa habitación correspondía físicamente con uno de los últimos retratos pintados por el menor. Sin embargo, cuando los investigadores se desplazaron a Suiza, donde residía, en su busca, éste había fallecido.

Juan Pedro Martínez Gómez (junio de 1986)

Un año antes de que el niño pintor desapareciera, la Interpol ya había bautizado el caso del niño Juan Pedro Martínez como "la desaparición más extraña de Europa". El menor tenía entonces 10 años, y realizó un viaje en camión cisterna con sus padres, que transportaban ácido sulfúrico hasta Bilbao. A la altura de Somosierra, el camión, que había parado en numerosas ocasiones de modo que intrigó a los investigadores, tuvo un accidente que acabó con las vidas de sus padres. Pero el cadáver del niño nunca apareció.

La hipótesis de que el ácido consumiese por completo el cuerpo sin vida de Juan Pedro fue descartada por el tiempo transcurrido desde el accidente hasta la llegada de los servicios de emergencias. La investigación llevó hasta una trama de presiones de la mafia a los padres del niño, y llegó a sospecharse que el niño fuera secuestrado en la última parada del camión, antes de sufrir el accidente. No ha habido más pistas sobre su paradero.

Madeleine McCann (mayo de 2007, Praia da Luz, Portugal)

El caso 'estrella' de las desapariciones de menores. Probablemente, la desaparición más mediática e internacional debido a la exposición de los padres de la pequeña, que desapareció mientras dormía en el apartamento en el que se hospedaba la familia McCann junto con sus dos hermanos. El caso fue archivado un año después, y pasó por distintas fases, llegando a abrir un conflicto internacional por la rivalidad entre la policía portuguesa y la británica. El inspector que dirigía la investigación fue relevado por sostener la hipótesis de que los padres de Maddie fueron los responsables de la muerte de su hija, que ellos mismos encubrieron y 'maquillaron' como una desaparición. El cuerpo de la niña nunca apareció, y tampoco pistas que esclarecieran cuáles fueron sus movimientos.

Los padres se adentraron en una campaña mundial y millonaria para encontrar a su hija. Las últimas teorías policiales apuntan a que la niña pudo ser sustraída por una banda de ladrones durante un robo que acabó mal.

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