
El pistoletazo de salida son unas rayas, que dan inicio a una maratón de sexo sin fin. Sin interrupciones. Sin comer ni dormir. "Puedes estar varios días practicando sexo sin parar y con muchas personas", confiesa uno de los fanáticos del Chemsex, la nueva moda que arrasa en la cultura underground, sobre todo en el ambiente gay. 'Sexting', la clave para tener más y mejor sexo.
Este término se usa para definir prácticas sexuales potenciadas por el consumo de drogas. Sin embargo, el objetivo no es en si mismo llegar a una conciencia alterada por los psicotrópicos, eso es solo un medio para el fin: fiestas de sexo que se prolongan durante varios días con esta ayuda de estupefacientes.
El término se ha popularizado últimamente (aún más) después de que Will Fairman y Max Gogarty estrenaran en Vice su documental, que "explora las vidas y hazañas de un grupo de hombres que toman parte activa en el estilo de vida del Chemsex y de aquellos que han sobrevivido a ello".
Tal y como señala el British Medical Journal, esta conducta es muy peligrosa. "Esta palabra se utiliza en Reino Unido para describir el sexo intencional bajo la influencia de drogas psicoactivas, sobre todo entre hombres que tienen relaciones con hombres", señala en el artículo los autores, Hannah McCall, Naomi Adams y David Mason.
Tal y como recoge El Confidencial, el uso de drogas (sobre todo mefedrona, GHB, GBL, metanfetaminas y cristal, sobre todo) espolean la excitación y provocan una sensaicón de falso entendimiento con las otras personas de la bacanal. Estas características incrementan también la posibilidad de ser infectados por una enfermedad de transmisión sexual.
Según los expertos, la media de estos encuentros es de cinco parejas por sesión y el sexo sin protección es "la norma", algo que para autores como T. Kirby es "la tormenta perfecta? para la transmisión del sida y de la hepatitis C".
La moda aterriza en España
Proveniente de países anglosajones, esta práctica ya se está asentando en España. Tal y como señala El Mundo, estas quedadas suelen realizarse en pisos privados, que son el reducto donde se realizan estas orgías químicas y sexuales.
"Hace un año y medio notamos que se empezaron a disparar los casos de VIH relacionados con el consumo de alguna sustancia antes del sexo", explica a este rotativo Jorge Garrido, director de Apoyo Positivo. "Y hay un doble peligro: la práctica sexual sin protección y el uso de drogas como la mefedrona que son muy adictivas y se conoce poco de su efecto a largo plazo".
Los expertos, incluso, alertan de casos "de paranoia, pérdida de memoria y psicosis. Hay dos perfiles de consumidores de estas fiestas: o chicos muy jóvenes y precuarentones", explican. Pero el riesgo es alto para ambos grupos.