
Tras un complejo proceso de venta, el palacete de Pedralbes, principal propiedad de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, acaba de ser adquirido por un acaudalado ciudadano europeo que pide preservar su privacidad.
Los únicos datos que se conocen es que se trata de un accionista de la empresa Southbury Holding, con sede en Luxemburgo, y responsable de la compra del inmueble.
Según fuentes de la inmobiliaria citadas por el diario El Mundo, este hombre de negocios es un enamorado de Barcelona, y el buen precio de la propiedad le animó a instalarse definitivamente en la Ciudad Condal junto a su familia.
Conocedor del foco de atracción que generará su nueva vida en Pedralbes, ha pedido a la inmobiliaria que custodien su privacidad.
Los responsables de la venta sí que han confirmado que su nuevo propietario emprenderá una reforma para adecuar la casa a su gusto. La inmobiliaria asegura que el palacete de Pedralbes es una casa "extraña, poco cómoda, muy grande pero sin gusto".
La venta del palacete ha servido al matrimonio apartado de la Casa Real para cubrir la fianza de responsabilidad civil adquirida en el 'caso Nóos', una investigación que ha dejado a la pareja en una situación muy complicada en los últimos años.