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Abertis falla en su salto a Norteamérica a la espera de la venta a Atlantia y ACS

  • Transurban se queda con la A-25 de Montreal y DIF con American Roads

Abertis tendrá que esperar para desembarcar en Norteamérica. La concesionaria española había puesto su punto de mira en dos operaciones en Estados Unidos y Canadá, pero por distintos motivos ni una ni otra han resultado favorables para el grupo que dirige José Aljaro. La compañía aguarda ahora el aterrizaje de Atlantia y ACS en su capital para tratar de culminar un objetivo buscado durante años y que por el momento se le resiste.

Las ofertas públicas de adquisición (opa) que Abertis ha recibido en el último año (de Atlantia, primero, y de Hochtief, después) han limitado su capacidad para acometer operaciones significativas, en virtud del deber de pasividad al que obliga la legislación española. No obstante, el grupo de infraestructuras sí ha podido embarcarse en procesos de un volumen de inversión acotado. En este sentido, se lanzó en marzo a comprar la autopista de peaje Autoroute 25 de Montreal (Canadá), propiedad de Macquarie. Su oferta, sin embargo, distó mucho de la de la australiana Transurban, que con 840 millones de dólares canadienses (550 millones de euros al cambio actual) resultó ganadora. Abertis contaba con un amplio conocimiento de este activo, toda vez que su filial Emovis se encargó de instalar en esta carretera la tecnología free-flow. Por él se había interesado la también española Globalvia, que tiene igualmente en Norteamérica un foco estratégico para su crecimiento.

Tras este intento fallido, la concesionaria de origen catalán enfrentaba una nueva oportunidad en abril, en este caso en una sociedad que opera tanto en Estados Unidos como en Canadá. Abertis había fijado su interés en la compraventa de American Roads, una concesionaria de autopistas que gestiona cuatro túneles de peaje en Alabama y otro más entre Detroit, Michigan y Windsor (Ontario, Canadá). Sin embargo, el grupo español, en un contexto en el que la fecha para la resolución de la opa de Hochtief ya se había fijado, decidió no presentar oferta. Allanó así el camino para el fondo de infraestructuras holandés DIF, que ha adquirido la compañía a la firma neoyorquina Syncora, que recibirá un mínimo de 220 millones de dólares (185 millones de euros).

Abertis deberá así esperar a nuevas oportunidades para dar el salto a América del Norte. En el pasado ya trató de hacerlo con dos macrooperaciones: la Indiana Toll Road (ITR), que ganó el fondo australiano IFM por unos 5.400 millones de euros, y la Chicago Skyway, que Ferrovial vendió a tres fondos de pensiones canadienses ( OMERS, Canada Pension Plan Investment Board y Ontario Teachers' Pension Plan) por más de 2.600 millones de euros.

Abertis podrá enfrentar su aterrizaje en Norteamérica ya bajo el mando de ACS y Atlantia, que prevén tomar su control el próximo mes de septiembre. La estrategia de los nuevos propietarios pasa porque la concesionaria española pueda pelear por proyectos en explotación (greenfield), pero también en construcción (brownfield) de la mano de ACS y Hochtief. De igual modo, Abertis, al igual que Atlantia, tendrán una opción de primera oferta sobre aquellas autopistas de peaje que Iridium, la concesionaria de ACS, decida vender.

En su expansión internacional, ACS y Hochtief tienen identificada una cartera de proyectos -principalmente de carreteras y ferrocarril- valorados en unos 200.000 millones de euros en sus mercados estratégicos: Estados Unidos, Australia y Europa. Oportunidades de las que la futura Abertis también podría nutrirse.

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