La respuesta de Rusia en represalia contra las "delicadas" sanciones occidentales (amplias prohibiciones a la importación de alimentos) probablemente provocarán un aumento de los precios al consumo nacionales de 1,7 puntos porcentuales adicionales en el segundo semestre de 2014, lo que afectará negativamente al consumo y agravará las presiones inflacionistas derivadas de la depreciación del RUB (creemos que el rublo se debilitará hasta alcanzar los 37,5/USD a finales de año). Al tener que hacer frente a una inflación en aumento y a la perspectiva de nuevas represalias en forma de sanciones, el Banco Central de Rusia continuará presionado para introducir nuevas subidas de los tipos de interés, con lo que el consumo volverá a verse debilitado. La decisión drástica de imponer prohibiciones a la importación de alimentos podría indicar también que el riesgo de intervención militar rusa en Ucrania es mayor, un escenario que podría precipitar controles de capital o un ajuste al alza del objetivo de inflación a medio plazo del Banco Central de Rusia (que en la actualidad es del 4% para finales de 2016).
Por Evghenia Sleptsova.