La economía australiana se encuentra cada vez más bifurcada, con un PIB del primer trimestre que se ha visto completamente determinado por las exportaciones netas. Los bajos tipos de interés están estimulando el mercado inmobiliario, pero el final del auge de la minería y el empeoramiento de las condiciones comerciales están debilitando la inversión empresarial y los inventarios. El gobierno tiene prevista una gran contracción fiscal (el 1,6% del PIB durante dos años) que eliminará otra fuente de demanda interna. Sin embargo, es probable que el sector externo se convierta en un factor en contra cuando China, a la que va destinado el 37% de las exportaciones australianas, se desacelere. El PIB australiano caerá por debajo del 2% en 2015, lo que debilitará el AUD y convencerá al Banco de la Reserva de Australia para rebajar los tipos de interés, unos resultados que están fuera del consenso.
Por Don Hanna