La economía china ha seguido reduciéndose en abril. El crecimiento de la producción industrial ha caído al 8,7% interanual, del 8,8% en marzo, y la inversión en activos fijos se ha debilitado al 17,3% en lo que va de año, la expansión más lenta desde 2001. El crecimiento de los créditos se ha reducido y se intensifica la contracción de la demanda inmobiliaria, lo que sugiere que la situación no va a hacer más que empeorar a corto plazo. Las políticas empiezan a relajarse en los márgenes y el Banco Popular de China está empujando supuestamente a los bancos comerciales a relajar las restricciones hipotecarias. El consejo de estado podría anunciar más medidas de apoyo incremental en los próximos meses. Sin embargo, el objetivo de un crecimiento del 7,5% en 2014 es inalcanzable y creemos China puede darse por satisfecha si consigue un crecimiento del 7% este año.
Por Adam Wolfe