Occidente se plantea aumentar las sanciones a Rusia para que cambie su postura sobre Ucrania, minimizando el posible rebote económico. Sancionar a una economía del tamaño de Rusia supone un reto considerable y la notable exposición de occidente a Rusia limita la probabilidad de que se implementen amplias sanciones financieras. Aun así, EEUU tiene una herramienta poderosa para presionar a Putin y su entorno: el dólar. Dado que todas las operaciones en USD deben pasar por una cuenta correspondiente en EEUU, las entidades sancionadas se verían aisladas efectivamente de la economía global. Si se impusieran sanciones al sector financiero ruso, el país se enfrentaría a más flujos de salida de capital, acceso restringido al mercado (que haría peligrar la financiación de la deuda externa a corto plazo), mayores costes de préstamos nacionales y reducción de los préstamos de bancos extranjeros.
Por Evghenia Sleptsova.