El Banco de Corea (BoK) ha dejado su tipo oficial sin cambios, en el 2,5%, como estaba previsto. En la declaración que lo acompaña destaca la ausencia de una mención al endeudamiento de los hogares, uno de los mayores del mundo, o la apertura de la economía coreana, en ambos casos grandes factores de la política monetaria del país. Pese a un excedente de cuenta corriente de más del 6% del PIB, a los políticos les preocupa el tamaño de los flujos comerciales y de capital. La preocupación creciente por los riesgos (la deuda de los hogares se desintegra bajo unos altos tipos de interés y vulnerabilidad externa) empuja a los políticos en direcciones alternas sobre el tipo de cambio. El apalancamiento de los hogares podría acabar imponiéndose. Con el Fed a la espera hasta el verano de 2015 por lo menos, el BoK hará lo mismo hasta entonces o incluso más allá.
Por Don Hanna.