Tras la fuerte derrota de su partido en las elecciones municipales de marzo, este cambio refleja los esfuerzos del presidente Francois Hollande por tranquilizar a los socios europeos del país señalando que el gobierno está dispuesto a realizar reformas, al tiempo que apacigua a la descontenta base electoral de los socialistas. Seguimos manteniendo que el gobierno continuará introduciendo unas reformas que distan de ser las óptimas, aunque van dirigidas en la dirección adecuada. Un primer ministro centrista facilitará, en términos políticos, que la canciller alemana Angela Merkel dé el visto bueno para que el BCE inicie una flexibilización cuantitativa en junio tal como nosotros esperamos, una cuestión de la máxima importancia.
Por William Oman.