El pasado mes de enero, la inflación general en la eurozona retrocedió hasta su nivel mínimo de noviembre de 2013 del 0,7% interanual, y ahora la desinflación es evidente en muchos sectores y países. Aunque seguimos esperando que la región evite la deflación en 2014, la generalización y persistencia del bajo nivel de inflación ha incrementado los riesgos para nuestras previsiones de crecimiento de la eurozona. En caso de que las tendencias desinflacionistas se intensifiquen, creemos que el BCE desplegará medidas de flexibilización no convencional antes de lo previsto en 2014. Si el BCE realizase un movimiento inesperadamente rápido en esta dirección, el resultado probable sería una recuperación significativa de las inflaciones implícitas, que en la actualidad se encuentran en sus niveles más bajos de los últimos años con los swaps de inflación a cinco años en el 1,24%.
Por William Oman