En las últimas semanas previas a las elecciones anticipadas tailandesas del 2 de febrero, el partido opositor ha redoblado sus intentos por deponer a la primera ministra Yingluck Shinawatra y evitar que se presente a la reelección. Mantenemos la opinión de partida que expresamos en nuestro reciente análisis de los escenarios: es muy probable que la crisis se prolongue más allá de las elecciones hasta bien entrado el segundo semestre, lo que continuará afectando al crecimiento y poniendo en peligro los activos tailandeses. No obstante, los últimos acontecimientos incrementan el riesgo de que se desarrolle nuestro escenario adverso, ya que las acusaciones de corrupción contra Yingluck y el partido gobernante Pheu Thai podrían provocar una escalada de la violencia y un agravamiento del impacto sobre el mercado.
Por Abby Zwick