En vista de la preocupación en torno a la sostenibilidad de la deuda de la periferia de la Eurozona, el importante patrimonio privado de la región (equivalente a cerca del 400-700% de la renta nacional de cada una de las cuatro principales economías de la Eurozona) podría jugar un importante papel como elemento amortiguador sometido a gravamen. Si bien el votante medio de la Eurozona podría apoyar subidas de los impuestos sobre el patrimonio en la medida en que el patrimonio está desigualmente distribuido, existen restricciones tanto institucionales como políticas que limitan la capacidad de los gobiernos de la Eurozona para aplicar dichos impuestos en la actualidad. De hecho, la introducción de impuestos sobre el patrimonio sería una señal de que la Eurozona vuelve a estar en crisis, y el impacto negativo sobre las finanzas de la periferia y los bonos soberanos probablemente sería superior a los efectos fiscales positivos asociados a estas medidas.
Por William Oman y Christian Odendahl.