A pesar de un verano caracterizado por las ventas masivas en renta fija y mercados emergentes, en términos generales la volatilidad y las correlaciones entre diferentes clases de activos han mantenido su tendencia a la baja posterior a la crisis. Las altas correlaciones entre los activos de riesgo se mantuvieron hasta 2010, tras lo cual la crisis de la Eurozona y la respuesta a través de políticas monetarias a nivel global provocaron que la volatilidad de los factores externos siguiera siendo elevada, evitando que la disminución de las correlaciones y la volatilidad fuese excesivamente rápida. Durante el pasado año la disociación de muchos precios de activos ha aumentado, debido a que la recuperación estadounidense ha ganado resistencia y los riesgos en la eurozona han disminuido (en el caso de Grecia, se han materializado en su mayor parte). Sin embargo, la volatilidad de los tipos y las correlaciones aumentaron, especialmente en los mercados emergentes. Los rendimientos de la renta fija de los mercados emergentes siguen siendo bajos, lo que supondrá un reto para esta clase de activos cuando los rendimientos a nivel global se normalicen.
Por David Nowakowski y Tsatska Enkhbayar.