Pese al tono suave de la declaración del FOMC en julio, los rendimientos de EEUU han seguido subiendo, entre el temor a que el Fed empiece a moderar el ritmo de la facilitación cuantitativa en la reunión del FOMC de septiembre. Los rendimientos del euro han seguido a los de EEUU por arriba, aunque a un ritmo más lento, lo que ha ampliado todavía más el diferencial entre los bonos de EEUU a diez años y los bunds (conforme a nuestro pronóstico). La declaración suave de Mario Draghi de que el BCE no elevará los tipos en un futuro próximo recalca la necesidad de cautela en el análisis de los signos de la recuperación europea. En nuestra opinión, la orientación de futuro del BCE es demasiado débil y es probable que se refuerce a la luz de unos riesgos considerables a la baja en la periferia de la Eurozona y la perspectiva de una inflación baja en la segunda mitad del año.
Por Brunello Rosa y Jakub Szukalski.