La inversión en acciones propias de las entidades españolas ha descendido en el presente ejercicio desde los 1.844 millones a los actuales 1.015 millones de euros. Bankia y Banco Santander son los dos que más posiciones han reducido en este período
La compra de acciones propias puede entenderse como el as que se guarda toda compañía en la manga para poder compensar una importante racha bajista. Puede estabilizar la acción porque supone retirar durante un tiempo de la circulación un paquete de acciones que podía caer en manos de potenciales vendedores. Pero esta ecuación (comprar autocartera, subida de la acción) no es perfecta. Y si no sólo hace falta echar un vistazo a lo que está pasando este año en la banca española: Bankinter es el único que se mantiene en positivo en el año a pesar de que en tres de los siete bancos el porcentaje de autocartera es ahora mayor. No obstante, las ventas masivas de acciones propias en Bankia -y en menor medida en Banco Santander, CaixaBank y Bankinter- arrojan un balance negativo en el sector de casi 830 millones de euros en 2013.
La inversión en acciones propias de los bancos españoles ha bajado en lo que va de año (teniendo en cuenta la capitalización actual de la banca) desde los 1.844 millones a los actuales 1.015 millones de euros. Una caída del 45 por ciento en la que tiene mucho que ver los cambios vistos en la entidad nacionalizada. Los datos recogidos en la CNMV apuntan que Bankia comenzó 2013 con una autocartera del 4,319 por ciento, que luego se llevó a cero en enero. Tras adquirir títulos en junio para atender un plan de fidelización dirigido a antiguos preferentistas -la última posición comunicada data del 30 de mayo y las acciones propias suponían el 0,205 por ciento-, un portavoz de Bankia aclara que la autocartera ha vuelto a quedar reducida a un nivel mínimo.

Santander es otra de las entidades que ha ido aprovechando este año los momentos del mercado para ir deshaciendo sus posiciones. El capital invertido en la propia entidad se ha reducido a la mitad en este primer semestre, desde el 1,986 al actual 0,956 por ciento, lo que supone a precios actuales un descenso de la inversión de casi un 52 por ciento. En el mismo período, el título ha caído un 17,5 por ciento en bolsa. En el caso de CaixaBank, la autocartera se ha reducido gracias a las ventas de los últimos días. De hecho, la CNMV recogía a comienzos de semana que las acciones propias ascendían al 1,187 por ciento y ahora son del 0,756 por ciento. Un porcentaje que es un 35 por ciento inferior al de principios del ejercicio.
El buen momento que atraviesa Bankinter en bolsa también fue aprovechado. Es el banco español que menos cambios ha hecho en estos meses, ya que comenzó el año con un 0,326 por ciento de acciones propias -posición vigente desde septiembre- y en febrero deshizo hasta dejarlas en el 0,255 por ciento. Quienes acudieran al mercado a vender entonces se beneficiaron del avance de más del 25 por ciento que acumula el título en cinco meses. Quienes aguantaran más... tendrán sus frutos: una revalorización de casi el 30 por ciento desde septiembre.
No siempre da confianza
El aumento de la autocartera no siempre consigue calmar la presión bajista. Sabadell y Popular son los dos bancos en los que más cambios ha habido en lo que va de año. La entidad catalana comenzó el año con un 0,953 por ciento de acciones propias, que llegaron a incrementarse hasta el 3,688 por ciento el lunes pasado. Un día después se rebajaron, según los datos de la CNMV, hasta el 1,733 por ciento. La acción mientras tanto se sitúa en las últimas posiciones del Ibex 35 al acumular descensos del 24 por ciento desde enero.
Popular es otra de las compañías más penalizada por los bajistas. Cede un 11 por ciento desde enero, mientras que las acciones propias se han elevado del 1,444 al 1,68 por ciento. Esta participación, que llegó a superar el 2,5 por ciento en el mes de abril, no ha conseguido estabilizar los precios ante la salida de muchos de los inversores que tomaron posiciones en la ampliación de capital y que con el tiempo han optado por salir y ante los rumores que apuntan a nuevas ampliaciones. De hecho, las ventas en el valor llevaron a la cotización a niveles tan irrisorios que la entidad llevó a cabo un contraplit -agrupación de acciones- para atraer al inversor y evitar que cualquier cambio provocara grandes oscilaciones.
En el caso de BBVA, la inversión en acciones propias se ha incrementado un 15 por ciento en el año, hasta el 0,592 por ciento.