Con los riesgos resurgentes, el mercado se ha vuelto menos reactivo, adoptando una postura más relajada ante el riesgo, que queda patente en los mínimos históricos de los sesgos de volatilidad en toda la curva. La debilidad anticipada de los datos chinos y la probabilidad de los efectos de una confiscación completa en EEUU sugieren que el mercado podría seguir subestimando las consecuencias para el crecimiento a corto plazo. Una amenaza todavía mayor sería el descarrilamiento de la recuperación (2014 y más allá). La sorpresa a la baja inmediata más letal (a corto plazo) sería el estallido de los riesgos (liquidez, volatilidad, sesgo y diferenciales). Un cambio en la postura del mercado de la trayectoria de recuperación de 2014-16 supondría un gran inconveniente, ya que una producción negativa amplia seguiría siendo un obstáculo importante para continuar reduciendo la prima de riesgo de capital. Con los beneficios corporativos en EEUU en máximos históricos en muchas medidas, otro riesgo obvio es un golpe a las ganancias por la contracción más rápida de lo esperado de los márgenes. Aunque nuestro caso básico plantea una salida lenta del Fed de la facilitación cuantitativa, unos tipos más altos prematuros no sólo serían negativos para las ganancias sino también para los múltiplos de valoración.
Por Ibrahim Gassambe.